Home  |  Contact  

Email:

Password:

Sign Up Now!

Forgot your password?

Cuba Eterna
 
What’s New
  Join Now
  Message Board 
  Image Gallery 
 Files and Documents 
 Polls and Test 
  Member List
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Tools
 
General: FIDEL CASTRO, ¿PSICÓPATA?
Choose another message board
Previous subject  Next subject
Reply  Message 1 of 1 on the subject 
From: cubanet201  (Original message) Sent: 27/10/2012 14:51
 
Fidel Castro, ¿psicópata?
El padre fundador del castrismo, Fidel Castro, podría ser el revolucionario con
los mínimos niveles de empatía, incapaz de sentir nada ante el dolor de los demás.
http://www.zonagratuita.com/imagenes/barras_animadas/barra-015.gif
Fidel Castro.
http://www.zonagratuita.com/imagenes/barras_animadas/barra-019.gif
Por Joan Antoni Guerrero- Fuente : en Martí Noticas
Uno de los problemas fundamentales con la Revolución cubana es la absoluta falta de empatía de sus fieles y ciegos creyentes. Obcecados con sus objetivos ideológicos y políticos (básicamente en mantener el poder o contribuir a que unos pocos lo mantengan) olvidan finalmente todo el dolor que van provocando y dejando atrás, devastando, sin que ello les produzca ni tan siquiera la mínima pizca de emoción en sus corazones, la vida de muchos que no tienen mayor control de sus vidas que el de ir ajustándose a sus leyes absurdas, bailando al son de aquel pequeño grupo que tiene tomado el poder.
 
Probablemente haya sido fundamental para que Fidel y Raúl Castro consiguieran convertir en maestra su obra revolucionaria el contar con miles de individuos incapaces de ponerse en el lugar del otro, ni de contemplar el dolor que el sistema político produce en los demás, ni de reaccionar al reino de la injusticia establecido en esa isla. Moldear individuos sin empatía pudo ser parte fundamental del proyecto revolucionario, contar con un ejército de individuos lo suficientemente inmunes al dolor ajeno que pudieran seguir aupando a los poderosos en su trono. Y los poderosos, dando duro.

El hombre nuevo, por lo visto, tenía que carecer de empatía. El expresar molestia o dolor por las consecuencias de la aplicación de leyes injustas y que vulneran todos los códigos internacionales se convirtió además en delito. El daño causado, por ejemplo, por las leyes migratorias, la en ocasiones irreparable herida en el alma que puede causar el desarraigo y el distanciamiento familiar jamás han sido contemplados como un problema por los revolucionarios, que hasta ahora no se vieron abocados a mover ficha, y muy ligeramente que lo han hecho.

Sin entrar en consideraciones científicas, el tema de la empatía resulta de gran interés a la hora de intentar comprender qué pasa por la cabeza de los revolucionarios que no reconocen errores en el sistema, que no consideran legítimas las quejas de sus compatriotas y que, por tanto, imponen que la persistencia en el error sobrevenido en 1959 es el único camino a seguir. Nadie puede cuestionarlo y quien lo haga estará cometiendo una peligrosa desviación contrarrevolucionaria. Pensar fuera o contra la Revolución solo creará frustración. Al cubano le quedan solo dos opciones: o estar con el sistema o bien estar con el sistema, por aquello de que “dentro de la Revolución todo, contra la Revolución, nada”.

En este contexto, el padre fundador del castrismo, Fidel Castro, podría ser el revolucionario con los mínimos niveles de empatía, incapaz de sentir nada ante el dolor de los demás. Su caso, pasaría ya a la categoría de psicopatía. Fidel Castro se muestra más en esta etapa final de su vida como un auténtico psicópata, incapaz de guardar ninguna consideración por los sentimientos ajenos. Está centrado en su moringa y lo demás no importa, no existe. Difícil encontrar una sola Reflexión del Comandante en Jefe en la que aflore la mínima preocupación por el dolor de su gente; sus opiniones y disquisiciones han divagado siempre sobre conflictos más allá de las fronteras de Cuba, como si en la Isla no hubiese absolutamente ningún problema a discutir y por el que preocuparse.

Definitivamente, y no es una muestra de radicalidad, sino más bien una firme voluntad de apegarnos a la estricta objetividad de los hechos, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Fidel Castro es un psicópata. Y es normal que si un psicópata accede al mando de un país las consecuencias sean calamitosas.


First  Previous  Without answer  Next   Last  

 
©2025 - Gabitos - All rights reserved