No ha dado explicaciones al respecto
Cristina Fernández de Kirchner se aumenta el salario un 42%
La presidenta argentina, en una imagen de archivo.| ReutersRamy Wurgaft (corresponsal) | Buenos Aires
Pese a ganar más de 11.000 euros al mes, Cristina Kirchner se considera una fiel representante de la clase media. En sus discursos de contenido social, suele entrelazar algo de su propia experiencia. La mayoría de las veces cuenta que creció en un hogar de gente esforzada, de la clase media trabajadora.
En ese aspecto, el relato de la presidenta no admite discusión: su padre, Eduardo Fernández era chófer de una línea de buses del transporte público y su madre, Ofelia Wilhem, un ama de casa que hacía milagros con el modesto salario de su marido. Lo discutible es que la presidenta defina su posición actual como si nada hubiera cambiado desde que compartía techo con sus padres.
En octubre de este año, el sueldo de la presidenta fue de 69.587 pesos (11.407 euros) mientras que el de una persona de la clase medía clásica –el nivel C2 en la jerga de los economistas- ronda los 8.800 pesos mensuales (1442 euros). La brecha entre sus ingresos y los de un trabajador, como el difunto Eduardo Fernández, se acrecentó después de que Cristina se concediera un aumento del 42,2%, mientras que para el resto de los empleados estatales el incremento fue de un 21%. Hasta la fecha, la jefa del gobierno no ha dado ninguna explicación al respecto.
El patrimonio de los Kirchner pasó de 7.000.000 pesos (1.147.540 euros) a 82.000.000 pesos (13.442.622) de 2003 a 2012. Dicho de otra forma, desde que Néstor Kirchner asumió el poder hace nueve años, los bienes de la familia aumentaron en un 1.172%.
De acuerdo con un estudio de la consultora Sygma, el patrimonio de una típica familia de clase media creció entre un 2% y un 5% durante los primeros años de la administración Kirchner. En los que Cristina lleva en la presidencia –seis años si se suman los de su primer período- los haberes del sector mesocrático disminuyeron en un 1% o bien se estancaron a causa de la inflación.
Pese a que las cifras hablan por sí solas y la tocan muy de cerca, la inquilina de la Casa Rosada insiste en que la manifestación del pasado 8 de noviembre, que convocó a más de un millón de personas en todo el país, no fue una protesta de la clase media. En su opinión, provino de una oligarquía que no se resigna a perder sus privilegios, frente a los crecientes beneficios que ha obtenido la clase trabajadora bajo su mandato.
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