Correu electrònic:

Contrasenya:

Inscriviu-vos ara!

Heu oblidat la vostra contrasenya?

Cuba Eterna
 
Novetats
  Afegeix-te ara
  Plafó de missatges 
  Galeria d’imatges 
 Arxius i documents 
 Enquestes i Tests 
  Llistat de Participants
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Eines
 
General: EL hombre que hablaba con los pájaros
Triar un altre plafó de missatges
Tema anterior  Tema següent
Resposta  Missatge 1 de 1 del tema 
De: cubanet201  (Missatge original) Enviat: 08/04/2013 17:16
 
 El hombre que hablaba con los pájaros
 Profecías del comandante / Por Luján
Carlos Alberto Montaner
Nicolás Maduro percibió que un pajarito le hablaba. En un primer momento pensó que era el pájaro chogüí, una criatura usualmente amistosa y parlanchina, pero, como es una persona sagaz, entrenada por los cubanos en los diferentes tipos de trinos, rápidamente se dio cuenta de que era Hugo Chávez.
  
Maduro, un señor educado, sensible y espiritual, discípulo de Sai Baba, le respondió al pajarito. Maduro domina la onomatopeya como nadie. Puede imitar los sonidos de las aves, de los burros, incluso de las personas. En todo caso, fue un sonoro y profundo intercambio de silbidos cargado de emotividad.
 
La conversación fue larga y tendida. Nicolás es bonachón y conversador. El pájaro también. Era locuaz, como Chávez. Si Chávez reencarna en un pájaro, no va a hacerlo en un ave parca y circunspecta, sino en una criatura capaz de trinar durante horas, como si estuviera en la ONU poniendo en su lugar a Bush, ese siniestro Mister Danger.
 
La última vez que Maduro habló con Chávez, más o menos en vida, la conversación duró cinco horas. Es posible que en esta oportunidad haya sucedido lo mismo. Al fin y al cabo, era más difícil (y cruel) hablar cinco horas con una persona moribunda, en coma, con la garganta perforada por una traqueotomía, que comunicarse con un pajarito sano y volador con ganas de parlotear.
 
A mí no me sorprende que Maduro hable con los pajaritos. Me enternece. No es el primer caso que conozco. Cerca de mi casa madrileña, en el parque de Santa Ana, había un tipo que hablaba con las palomas. Le llamaban “Pepe el Palomero”.
 
Pepe les arrojaba pedacitos de pan a las palomas y, mientras lo rodeaban, les soltaba unos largos discursos sobre la monarquía. Las palomas no se iban en tanto durara la ración de pan, lo que indica que respondían mejor a las recompensas materiales que a la argumentación ideológica. (Parece que eran palomas chavistas o, al menos, corrompidas por una variedad elemental del neopopulismo).
 
A veces, mientras Pepe el Palomero hablaba con las palomas, yo trataba de mediar en la conversación. Pepe afirmaba que había sido amigo de Alfonso XIII, lo cual era improbable porque D. Alfonso se había largado de España en 1931, antes de su nacimiento. (El nacimiento de Pepe, no el de Alfonso, querido lector, no se me haga el gracioso).
 
Cuando le hice esa objeción, Pepe el Palomero me respondió con una lógica aplastante: “los que hablamos con los pájaros somos capaces de cualquier prodigio”. Y, entonces, bajó la voz, miró en varias direcciones, y me hizo una conmovedora confesión que nunca he podido olvidar: “yo soy una paloma que ha encarnado en un hombre”. (O sea, lo mismo que le ocurrió a Chávez, pero al revés).
 
Este interesante fenómeno de la transmutación de hombres y aves no duró excesivamente. Una tarde de invierno, Pepe el Palomero desapareció ante nuestros ojos. Se lo llevó una ambulancia. Para evitar escándalos, uno de los enfermeros, mientras le ponía un camisón blanco, largo y enguatado, para que no se hiciera daño, le dijo que él también era una paloma disfrazada de enfermero, personalmente adiestrada por Alfred Hitchcock para desempeñar ese rol. Se lo llevaban, afirmó, a un bello palomar donde podría conversar con muchas criaturas semejantes a él.
 
Pepe parecía feliz. Se despidió de mí saludando con la mano como un político en medio de una campaña. El enfermero-paloma (o al revés), situado a sus espaldas, donde Pepe no lo podía ver, hacía círculos con su dedo índice sobre la sien, con más melancolía que burla.
 
Hasta creo que silabeó una palabra con sus labios, pero sin llegar a pronunciarla. Me parece que dijo: es-qui-zo-fre-nia. No lo entendí bien.
 
Periodista y escritor. Su último libro es la novela Otra vez adiós.
 
 


Primer  Anterior  Sense resposta  Següent   Darrer  

 
©2025 - Gabitos - Tots els drets reservats