El ex  gobernante Fidel Castro rompió el lunes su largo silencio de varios meses con  una
carta  dirigida a los estudiantes de la Universidad de La Habana y publicada en la  prensa nacional.
  
Imagen  cedida de la carta enviada por el exmandatario cubano Fidel  Castro al exjugador de fútbol Diego Armando Maradona, lunes 12 de enero  de 2015, en La Habana, Cuba.
La carta del Dinosauro Fidel  Castro
La carta se  refiere a las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos para restablecer  relaciones. El retirado gobernante dice en la misiva que no confía en la  política norteamericana, pero da su visto bueno al acuerdo al señalar que las  diferencias entre las naciones se deben resolver mediante la cooperación. Castro  indicó en la carta que el acercamiento entre ambas naciones debe tratarse de  acuerdo con “los principios y normas internacionales”. 
 
El Departamento de  Estado norteamericano consideró una “señal positiva” que Fidel Castro vinculara  el acercamiento con principios internacionales. No obstante, Jen Psaki, portavoz  del Departamento, dijo que el gobierno de Estados Unidos no ha podido confirmar  que los comentarios sean efectivamente de Fidel Castro. Recordó además que las  negociaciones son con el gobierno presidido por Raúl Castro, y no con el ex  gobernante de 88 años. Entre paréntesis, Raúl Castro acaba de poner obstáculos a  la normalización, al exigir en la cumbre de la CELAC que Estados Unidos levante  el embargo, compense a los cubanos por los daños económicos causados por la  medida, y devuelva el terreno de la base de Guantánamo.
La carta  interrumpió los largos meses de silencio del viejo dictador, pero no aclaró  todas las dudas generadas por su ausencia. Muchas preguntas flotaban en el  ambiente. ¿Estará muerto? Y si sigue vivo, ¿cuán enfermo está? ¿Por qué lleva  tanto tiempo sin presentarse en público? La carta, ¿será apócrifa?
Aun  suponiendo que ya no cuente para nada en los asuntos de gobierno, era lógico  haber esperado su presencia en actos públicos como el recibimiento de los tres  espías cubanos liberados por Estados Unidos al anunciar el presidente Barack  Obama la nueva política hacia Cuba. Pero ni siquiera en esa ocasión se  apareció.
Tampoco divulgó ningún comentario en el momento del anuncio del  restablecimiento de las relaciones, el pasado 17 de diciembre. ¿Dónde estaba?  ¿Por qué el tirano que gobernó la isla durante cinco décadas no dijo  absolutamente nada en ese momento histórico?
Y de la reunión que sostuvo  con el teólogo brasileño Frei Betto el martes pasado, según informó el diario  Granma, no se han mostrado fotografías hasta el momento.
De cualquier  manera, apócrifa o no, la carta de marras baja los decibeles de la retórica  “antiimperialista” que siempre caracterizó los largos discursos del dictador. En  los nuevos tiempos de acercamiento, esa retórica virulenta podría quedar como un  eco del pasado.