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Los actores  Ian McKellen y Ellen Page, ambos abiertamente  homosexuales, denuncian la discriminación que  persiste en Hollywood  Ian  McKellen y Ellen Page Por Calibán  - dosmanzanasLos actores abiertamente homosexuales Ian  McKellen y Ellen Page han hecho sendas declaraciones en las que denuncian, de  una u otra manera, la marginación de que es objeto el colectivo LGTB en el medio  hollywoodiense. El insigne actor británico se pregunta si es casualidad o  discriminación que aún no haya un actor masculino abiertamente gay que haya  ganado un Óscar. La espléndida actriz canadiense inquiere a su vez por qué  solamente le ofrecen personajes LGTB desde que salió del armario, como si eso la  hiciera incapaz de interpretar a mujeres heterosexuales.
 Las  declaraciones de ambos han coincidido en el tiempo, y se incardinan en el debate  sobre la ausencia de diversidad y la discriminación que sufren las minorías en  el mundo cinematográfico de Hollywood, puesta de relieve, con gran controversia,  en las nominaciones en las categorías de interpretación de los premios Oscar de  2016.
 
 Un discurso guardado en el  bolsillo
 Ian-McKellen---Gandalf-y-MagnetoIan McKellen, conocido por el gran  público por sus interpretaciones de Gandalf en la saga de El señor de los  anillos, y de Magneto en la franquicia mutante, ha querido entrar en la polémica  desatada con las nominaciones a los premios Óscar de este año. Ya es el segundo  consecutivo en el que todos los intérpretes de ambos sexos, en ambas categorías,  son de etnia blanca. La ausencia de actores y actrices de otros orígenes ha sido  denunciada por muchas voces, entre ellas la del conocido actor Will Smith y su  esposa Jada Pinkett Smith, que han anunciado que no acudirán a la gala de  entrega de premios como acto de protesta.
 
 Pero Ian McKellen, aunque  expresa su profundo acuerdo con la denuncia y considera que los actores negros  están siendo “maltratados y subestimados”, la hace extensiva a otras minorías:  “Ningún actor masculino abiertamente gay ha ganado nunca un Óscar, me pregunto  si se debe al prejuicio o es casualidad”, inquiere, poniendo un especial énfasis  en la primera opción.
 
 A ello habría que añadir otro giro más, pues Tom  Hanks (Filadelfia), Philip Seymour Hoffman (Capote) y Sean Penn (Mi nombre es  Harvey Milk) han ganado sendos Óscar por sus interpretaciones de personajes  homosexuales. “Muy listos, muy listos. ¿Y por qué no me lo han dado a mí por  interpretar a un heterosexual?”, se pregunta McKellen, dejando en evidencia el  que se suponga que un actor heterosexual tiene un mérito añadido por interpretar  a personajes con otra orientación sexual.
 
 McKellen cuenta cómo ha tenido  que dejar guardado en su bolsillo en dos ocasiones el discurso de agradecimiento  que había preparado para los miembros de la Academia. En 1998 fue nominado al  Óscar a mejor actor principal por su conmovedora y sutil interpretación del  director de cine James Whale en Dioses y monstruos. En 2001, la nominación fue  como mejor actor de reparto por el personaje de Gandalf en La comunidad del  anillo. En ambas ocasiones, McKellen pensaba iniciar su discurso con estas  palabras: “Me siento orgullo de ser el primer actor masculino abiertamente gay  en ganar un Óscar”, sin embargo, “tuve que volver a guardármelo en el bolsillo  las dos veces”. Y el público se quedó sin poder disfrutar de un discurso como  ese.
 
 En 1998 le arrebató el premio Roberto Benigni, por su interpretación  en La vida es bella. Es de suponer que los miembros de la Academia considerarían  que McKellen, al fin y al cabo, tan solo era un homosexual interpretando a otro  homosexual. Como si una sola de las miradas, preñadas de deseo y muerte, que su  personaje de James Whale dirigía al jardinero encarnado por Brendan Fraser no  valiera más que toda la parafernalia gesticulante del italiano.
 
 El actor  trata de dilucidar dónde reside el problema en la adjudicación de los premios  cinematográficos de Hollywood: “Si tratas de tener una carrera, siendo un actor  negro o hispano, en un estado como California, donde los blancos son ahora una  minoría, y tienes que ser juzgado por una Academia en la que la gran mayoría son  de color blanco, varones, de mediana edad o mayores… bueno, tal vez ese es el  criterio equivocado”.
 
 Quizás debido a esta polémica, la Academia de  Ciencias y Artes Cinematográficas anunció el pasado viernes que habrá una “serie  de cambios sustantivos” en la cifra de “mujeres y otros miembros diversos” que  se integrarán en sus filas, hasta llegar a duplicar su número en el año  2020.
 
 La doble moral ante la homosexualidad
 Ellen-PageLa denuncia de  Ellen Page se refiere al encasillamiento a que se ve sometida desde que salió  del armario como lesbiana en 2014: “Tengo cuatro proyectos en cartera, y todos  los personajes son homosexuales. Y la gente se pregunta si me preocupa quedarme  encasillada. Pero nadie se preguntó en su día: ‘Ellen, has hecho siete papeles  de heterosexual consecutivos, ¿no deberías cambiar y hacer algo  gay?’”
 
 Para la actriz, esa distinta reacción deja patente que “todavía  hay una doble moral. Veo todas las cosas que he hecho en las películas: he  drogado a un chico, he torturado a alguien, me he convertido en una estrella  nocturna del roller-derby. Pero ahora que soy lesbiana, ¿no puedo interpretar a  una heterosexual? “, se queja.
 
 Sin embargo, la joven protagonista de Juno  (por la que fue nominada al Oscar) y miembro también de la franquicia mutante,  cree que Hollywood va mejorando lentamente su actitud ante la diversidad.  “Zachary Quinto está fuera del armario, y es una estrella de una de las  franquicias más taquilleras”, refiriéndose a su personaje de Spock en las nuevas  películas de la saga de Star Trek.
 
 Ellen Page estrena ahora Freeheld,  drama que retrata a una pareja de lesbianas que lucha por sus derechos civiles,  en la que le acompaña la siempre magnífica Julianne Moore. La película también  profundiza en la dificultad y la liberación que supone la salida del armario, y  que la actriz confiesa que le sirvió como revulsivo para hacer la suya propia en  febrero de 2014.
 
 Inquieta como actriz y como activista LGTB, Ellen Page  también acaba de estrenar su serie para la cadena Viceland TV Gaycation, un  documental en el que, acompañada de su mejor amigo Ian Daniel, viaja de ciudad  en ciudad para constatar cómo viven las personas LGTB en todo el  mundo.
 
 De su periplo, que la ha conmovido profundamente, la actriz  compartía la impresión que le quedaba tras su regreso a casa: “Sientes tanta  tristeza, frustración y confusión por cuánto tiene que luchar la gente. Es muy  difícil de aceptar que se pueda tratar a la gente de esa manera. Y luego, por  supuesto, te sientes inspirada y honrada por lo mucho que has podido aprender,  por lo extraordinaria que ha sido la gente con nosotros, por lo vulnerables y  generosos que son. Te quedas con eso”.
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