Desde Felipe I de Orleans, al que se considera como "el abuelo de  Europa”, hasta Félix Yusúpov, que asesinó a Rasputín y precipitó la caída del  zarismo, estos “royals” LGBT revolucionaron el  Gotha.
 Felipe I de Orleans
Seis príncipes gay que cambiaron la  historia de la realeza europea
El lmanaque  de Gotha es el directorio definitivo de las casa reales, la alta nobleza y la  aristocracia europea… y una fuente inagotable de curiosos personajes LGBT.  Oficialmente, muchos de ellos no salieron del armario, pero sus apasionadas  aventuras de alcoba traspasaron los muros de palacio para convertirse en  leyenda. Esta es la historia de seis príncipes que demostraron que los royals no  tienen armarios… sino vestidores donde cabe una multitud.
 
FELIPE  I DE ORLEANS, UN TRAVESTIDO EN VERSALLES
El hermano pequeño del rey Luis XIV  nunca ocultó su homosexualidad. De pequeño le gustaba jugar con cintas y  maquillarse y, según los historiadores, contaba con la complicidad de su  familia. De hecho, su madre, la reina Ana, lo llamaba “mi pequeña niña” y lo  alentaba a vestirse con ropa de mujer. Ya de mayor, Felipe escandalizó a la  corte del palacio de Versalles acudiendo a los bailes disfrazado de pastora o  campesina, algo que años después también haría la reina María  Antonieta.
  
El primer  amante favorito de Felipe fue Julio Mancini Mazarini, sobrino del cardenal  Mazarino y luego duque de Nevers. Más tarde ocupó su lugar Armand de Gramont,  conde de Guiche, hijo del mariscal de Gramont, príncipe de Vidache y virrey  vitalicio de Navarra. Pero, según los historiadores, su gran amor fue Felipe de  Lorena, uno de los hijos de Enrique de Lorena.
  
Tras la  muerte de su tío, Gastón de Orlenas, Felipe se convirtió en el cabeza de la casa  de Orleans y heredó un inmenso patrimonio. Fue uno de los nobles más ricos de  Francia, compitiendo con su propio hermano el rey, lo que le permitió vivir con  un fasto equivalente al de Versalles y convertirse en gran mecenas de las artes.  Pese a su homosexualidad, se casó dos veces: primero con Enriqueta Estuardo, y  luego con Isabel Carlota del Palatinado. Tuvo siete hijos que son antepasados de  todas las casas reales de Europa, incluidas las de España, Italia, y Austria.  Por eso, Felipe se ganó el apodo de “el abuelo de Europa”.
 
         
 
FÉLIX  YUSÚPOV Y SU “BROMANCE” CON RASPUTÍN
Era hijo del conde Félix Félixovich  Sumarókov-Elston, gobernador de Moscú, y de la princesa Zinaída Yusúpova, una de  las mujeres más ricas de Rusia. De joven, Félix se vestía de mujer e incluso  llegó a participar en espectáculos burlescos en varios clubs de San Petersburgo.  Según contó en sus memorias, a los 12 años ya utilizaba ropa de su madre y  acudía travestido a fiestas gitanas, restaurantes y cafés, siempre acompañado  por su hermano mayor.
 
Su rostro  angelical y sus increíbles ojos azules le hicieron ganarse el título de “el  príncipe más hermoso de Europa”. Abiertamente gay, mantuvo relaciones sexuales  con aristócratas como el gran duque Demetrio, quien años después sería amante de  la diseñadora Coco Chanel. Pese a su orientación, Félix se casó con la princesa  Irina, la mujer más atractiva de la corte de los Romanov, hija única del gran  duque Alejandro Mijáilovich y sobrina del zar Nicolás II.
 
Con 29  años, este príncipe ruso lideró la conspiración para asesinar a Grigori  Rasputín, el místico y monje que manipuló a los zares en los últimos años del  imperio. El 30 de diciembre de 1916, Félix invitó a Rasputín a una cena en su  palacio sobre el río Neva para que conociese a su mujer. El monje aceptó sin  pensarlo. Algunos historiadores sugieren que Yusúpov utilizó a su mujer como  “carnada”, otros aseguran que el místico estaba más interesado en los atributos  del príncipe que en los de Irina. Yusúpov preparó un banquete de pastas y vino  envenado con cianuro y remató el asesinato del líder espiritual de los zares con  su pistola Browning.
 
El suceso  aceleró el proceso de desgaste del zarismo que concluyó con la revolución de  1917.
 
JORGE DE  GRECIA, MARINERO DE LUCES
El segundo hijo del rey Jorge I de Grecia y de la  reina Olga recibió una estricta educación entre el palacio real de la Plaza  Sintagma de Atenas y el de Tatoi a cargo de tres preceptores extranjeros: un  prusiano, un francés y un inglés. El príncipe no era un alumno espabilado y en  1883 su padre decidió enviarlo a Dinamarca para que continuara su formación  junto a la familia real danesa e ingresara en su marina  real.
 
Su tío,  Valdemar de Dinamarca, comandante de la marina, y su esposa, María de Orleans,  lo acogieron en su casa. El cambio de aires le sentó bien a un príncipe Jorge de  sólo 14 años, que llegó a ser uno de los primeros de su clase. Los historiadores  achacan su transformación a la relación sentimental que mantuvo en secreto con  su tío. Les separaban once años de edad, pero aún así iniciaron un affaire que  duró décadas.
 
Ya adulto,  Jorge se instaló en París y en 1907 se casó con María Bonaparte, sobrina nieta  de Napoleón I y heredera de una de las mayores fortunas de Europa. En el viaje  de novios, en el yate real griego, estaba Valdemar. El príncipe griego le  explicó todo a su mujer, quien habría entendido la situación. Durante toda su  vida, tío y sobrino aparecieron juntos en fiestas y reuniones de familia.  Incluso posaron uno al lado del otro en las fotografías. Su historia de amor  acabó al morir Valdemar en 1939. Jorge y su mujer no tuvieron un matrimonio  feliz, pero sí se profesaron una profunda y sólida amistad. En sus memorias,  María Bonaparte confesó que su marido siempre la besó en la frente, jamás en los  labios.
 
         
 
 
       LUIS  FERNANDO DE ORLEANS, EL INFANTE REBELDE
El hijo menor de la infanta Eulalia y  de Antonio de Orleans fue todo lo contrario a su hermano mayor, el intachable  infante Don Alfonso. Desde muy joven, Luis Fernando, llevó una vida personal  rebelde y “desordenada”. En 1924 Francia le expulsó por un desagradable asunto  de drogas, y Alfonso XIII, indignado, le retiró el título de infante de España  “en atención a la conducta que viene observando”, que “no permite conserve con  dignidad los honores de que ha sido investido y las mercedes que por mí le han  sido otorgadas”.
 
Luego se  sabría que el rey tomó la decisión definitiva al conocer que un marinero había  fallecido durante el transcurso de una de las habituales orgías homosexuales  organizadas por el infante, quien, invocando el privilegio de  extraterritorialidad, incluso había intentado deshacerse del cadáver en la  legación española. La respuesta de Luis Fernando a su primo Alfonso XIII cuando  se enteró de su castigo retrata el carácter del conocido como “Borbón maldito”:  “Me retiras lo único que no puedes ordenar, pues nuestros títulos son inherentes  a nuestras personas. He nacido y moriré infante de España, como tú has nacido y  morirás rey de España, mucho tiempo después de que tus súbditos te den la patada  en el culo que te mereces».
 
El caso de  Luis Fernando volvió a cobrar notoriedad pública en 2015, cuando el rey Felipe  VI decidió revocar el título de duquesa de Palma a su hermana Cristina por su  vinculación con el Caso Noós. Al igual que el infante “maldito”, doña Cristina  no recibió de buen grado la decisión y contrarió a su hermano el rey haciendo  público que había sido ella quien había renunciado a su  título.
 
IVAR  MOUNBTBATTEN, PIONERO DE LOS WINDSOR
El hijo de David Michael Mountbatten,  tercer marqués de Milford Haven, y de Janet Mountbatten es primo tercero de la  reina Isabel II y descendiente directo de Catalina la Grande de Rusia y Victoria  de Inglaterra. En 2016, lanzó una pequeña bomba al anunciar en el diario Daily  Mail su salida del armario. Fue el primer miembro de la familia real británica  en reconocer públicamente su homosexualidad. “Ahora estoy con James y ya no  tengo que mentir a nadie ni convertirme en un viejo solitario”, confesó  Mountbatten.
 
El James  del que hablaba es James Coyle, un hombre de pelo gris y ojos color de avellana  que trabaja para una aerolínea y al que conoció en Suiza. Según explicó al Daily  Mail, Ivar contó con la bendición de su ex esposa, Penélope Anne Vere Thompson,  y la de sus tres hijas. El príncipe Eduardo, su amigo de toda la vida, también  manifestó su apoyo, un gesto que vino a confirmar que los Windsor se han  modernizado y defienden la causa LGBT (la noticia coincidió con la aparición del  príncipe Guillermo en la portada de la revista gay  Attitude).
 
“Salir del  armario es una expresión divertida, pero parece que es lo que he hecho, salir  hacia un lugar en el que estoy contento de estar. He tenido problemas con mi  sexualidad y en cierto modo sigo teniéndolos. Ha sido un viaje largo”, explicó  Mountbatten. Su tatarabuelo, el príncipe Alberto, no era gay, pero sí un icono  para la comunidad. Ahora, la familia real británica cuenta con un nuevo  símbolo.
 
 
      JONATHAN DORIA, ORGULLO EN EL VATICANO
Jonathan fue adoptado cuando apenas  eran unos niños por el matrimonio Doria Pamphilj, los príncipes Orietta Doria  Pamphilj y el británico Frank Progson. El pequeño Archibald (ese era su nombre  original) cambió el orfanato inglés en el que vivía por las paredes de uno de  los palacios más ilustres de Roma, que data del siglo XV. Automáticamente,  también entró a formar parte de una gran familia con conexiones históricas con  el Vaticano y antepasados ilustres como el Papa Inocencio  X.
 
A pesar de  criarse en la conservadora Roma, Jonathan no tuvo ningún problema para asumir su  identidad homosexual. Sus padres siempre se mostraron comprensivos y afectuosos  con él. Poco después de que les revelara su orientación, en los años noventa, se  fue con su novio de entonces a la isla Margarita, en Venezuela, donde abrieron  un bar para vender las mejores bebidas de coco del país.
 
Ahora,  Jonathan es el jefe de la casa Doria Pamphilj-Landi, señor de cientos de  propiedades en todo el mundo, heredero de una de las colecciones de arte más  importantes del mundo e icono de la lucha por los derechos de los homosexuales  en Italia. En 2006 selló su relación con el brasileño Elson Edeno Braga a través  de una unión civil realizada en Reino Unido, lo que escandalizó a la alta  sociedad romana. “Mi abuelo, un príncipe del sagrado Imperio romano, se casó con  una enfermera escocesa. Mi madre se casó con un oficial naval inglés. Yo me casé  con un hombre. Todas estas son decisiones radicales”.
 
La pareja  decidió tener dos hijos por medio de gestación subrogada: Emily, estadounidense,  y Filippo Andrea VII, de madre ucraniana. El príncipe también fundó Edge, un  grupo de lobby de profesionales gay que recauda fondos para fundaciones de lucha  contra el sida, y ha trabajado en la apertura de refugios para acoger a  homosexuales discriminados.
 
               JONATHAN CON SU FAMILIA