VIVIR SIENDO GAY, ORGULLOSO Y EN VOZ ALTA EN CUBA
En los últimos tiempos, resulta evidente que el gobierno cubano ha permitido una mayor presencia en los medios televisivos del tema de la identidad de género y promoviendo el respeto y la tolerancia hacia la comunidad LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales).
Sin embargo, ante este cambio de actitud la sociedad cubana se agita en una diversidad de sentimientos encontrados, frente a un gobierno cuya ideología persiguió y combatió fuertemente la homosexualidad durante décadas, estimulando una cultura de tradiciones machistas que perdura hasta nuestros días.
Yogernis Ariel Pérez Ruiz es una transexual de 20 años que se prostituye, ofreciendo sus servicios sexuales en diferentes zonas de la capital en el horario nocturno.
Según el testimonio de Yogernis, “en Cuba hay mucho machismo; pero la verdad es que yo no lo entiendo bien. Yo soy una ‘dama de la noche’ y todos mis clientes son hombres casados. Los solteros solo son machos de día, porque de noche son más ‘locas’ que yo”.
Sin embargo, asegura: “Por mi experiencia, y la de muchas de mis compañeras de trabajo, te aseguro que la conducta machista y el rechazo social a los homosexuales es muy fuerte, aunque en la vida real son más los que disfrutan dentro del closet que fuera de él; como por ejemplo, la policía. Sí, porque la policía nos acosa y nos persigue, pero es para que le paguemos. Para que nos dejen trabajar tranquilos tenemos que pagarles 5 dólares y, alguna que otra vez, regalarles un favorcito sexual. Mucha homofobia y discriminación, pero cuando se trata de gozar todo el mundo quiere una tregua”.
Alejandro Domínguez Moreno, de 25 años y Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia de 21, una pareja homosexual con una relación de 3 años, afirman: “Es cierto que en Cuba existe el CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba) y alguna propaganda televisiva que abogan a favor del respeto a la diversidad sexual, pero la realidad es muy diferente”.
Domínguez Moreno, quien es Operador de Microcomputadoras, refiere: “Yo he tenido que abandonar algunos empleos, porque me resulta muy difícil ascender laboralmente debido a mi orientación sexual”.
Por su parte, Rodríguez Verdecia, graduado de Artes Gráficas, lamenta la persistente discriminación contra la homosexualidad, alentada por la cultura machista. “Yo soy una víctima de esa cultura arraigada en la mentalidad del cubano”, nos dice con tristeza. “Tengo apenas 21 años y he tenido que aprender a vivir con el rechazo de mi familia, que no me acepta como soy”.
¿Qué dice la iglesia?
A pesar de que todos los entrevistados calificaron la homofobia como “una conducta inaceptable”, dejaban claro su desacuerdo con las prácticas homosexuales considerándolas antinaturales o contrarias a la voluntad de Dios.
Frank Ramírez, de 59 años, es un pastor que lidera el templo “Rey de Gloria”, denominado Evangélico Pentecostal Asamblea de Dios, en el municipio Cerro, La Habana.
El pastor evangélico declara que “el homosexualismo es un trastorno de la moral, agravado por las teorías científicas que tratan de justificarlo y algunos subterfugios que lo protegen como parte de los derechos humanos; pero para nosotros los cristianos, que vivimos por la palabra de Dios –expresada a través de la Biblia- el homosexual es víctima de una enfermedad espiritual que puede ser curada, si quien la padece entrega su corazón a Cristo”.
Sin embargo, tanto el Pastor Ramírez como los cristianos evangélicos entrevistados, entre ellos el Ingeniero Mecánico Carlos Alberto Madruga Sánchez, consideran que la homofobia es “una anomalía de la conducta que puede afectar otras áreas de las relaciones sociales, y nosotros la rechazamos, porque nuestra misión no es juzgar, sino allanar el camino para que todos conozcan el inmenso amor de Jesucristo”.
Por su parte, el padre Manel, un sacerdote católico que oficia en la iglesia San Juan Bosco, ubicada en el municipio 10 de Octubre, La Habana, considera la homosexualidad como “un tema en extremo sensible con el que hay que ser muy cuidadoso”.
Apunta el sacerdote católico que “la iglesia es clara y firme cuando desaprueba la conducta homosexual, incluyendo el matrimonio y la adopción de niños por parejas del mismo sexo. No puede ser de otra manera, o no seríamos consecuentes con nuestra fe en la palabra de Dios. Dios nos ama a todos, pero no hay dudas que considera el homosexualismo entre los pecados de muerte. Ahora bien, Dios es perfecto y solo él puede juzgar y condenar. Nosotros, no tenemos ese derecho”.
La situación económica como contexto
Otras opiniones insistieron en relacionar machismo y homosexualidad con lo que consideraron “el caos económico que vive el país”, lo que ha incidido en el “aumento de la prostitución, donde a veces la identidad de género es solo una justificación”.
Jorge León Aballí, un Técnico en Refrigeración de 43 años, es de la opinión de que “en Cuba, el aumento de la prostitución homosexual por motivos económicos es visible, sobre todo de jóvenes que emigran del interior del país hacia la capital con el propósito de encontrar mejores opciones de vida; como por ejemplo, encontrar un extranjero que los saque del país. Y todos esos jóvenes, de todos los estratos sociales, necesitan a alguien que los encamine en el negocio, y es ahí donde aparecen los proxenetas –no solo los que ya existen, sino las nuevas generaciones que se van integrando a esa modalidad de vida.”
León Aballí considera que “mucha de la responsabilidad de que el machismo tenga un mayor arraigo en la cultura latinoamericana, y en particular en Cuba, es precisamente la necesidad económica, que afecta sobre todo a los grupos humanos que tradicionalmente han sido más vulnerables, como las mujeres, los homosexuales y los que se dedican a la prostitución”.
Frank Ernesto Quevedo Martín, un Venerable Maestro Masón, de 44 años, miembro de la Logia Habana, en Centro Habana, La Habana, considera que la homosexualidad “se ha convertido en una moda, impuesta por la crisis económica que vive la isla como consecuencia de la política errada y caprichosa del régimen cubano”.
El Venerable Maestro Masón, aunque asegura que está en desacuerdo con las prácticas homofóbicas y otras formas de discriminación, es del criterio que las relaciones homosexuales “son relaciones contra natura, inaceptables dentro de la masonería. Entre nuestros principios fundamentales está el ser un buen padre y un buen esposo, y eso solo se puede lograr a través del matrimonio entre un hombre y una mujer. Como ha sido siempre”.
Según nos informó Quevedo Martín, existen en Cuba alrededor de 29 mil miembros afiliados a la fraternidad masónica. En cuanto a los católicos y protestantes no fue posible obtener la cifra de miembros, aunque un trabajador que laboró en la Oficina de Asuntos Religiosos del Consejo de Estado, y no aceptó revelar su identidad, nos informó que “la cifra de católicos y protestantes no debe ser inferior a los 5 millones”.
Muchas opiniones expresadas por hombres y mujeres heterosexuales, que por razones de espacio no aparecen en este reportaje, mostraron su aprobación y solidaridad con la comunidad LGBTI y en particular con los homosexuales.
El testimonio de Susana Mas Iglesias, una Especialista en Psicopedagogía de 62 años, resume el sentir de muchos heterosexuales entrevistados cuando expresó: “Yo soy madre de dos muchachas, pero la verdad es que me habría gustado tener un hijo varón, aunque hubiera tenido que compartir con él mi creyón de labios”.
Vivir Gay, Orgulloso y En voz alta en Cuba
"La gente en Cuba ha aprendido lo que es la homofobia". Estas son las palabras del codirector del Centro Nacional Cubano de Educación Sexual (CENESEX) y uno de sus fundadores, Camilo García. El larguirucho y apuesto activista de 40 años ha compartido una relación de 12 años con su compañero, el Dr. Alberto Roque, quien también es un firme defensor de los derechos LGBT y cofundador de CENESEX. García declara con orgullo: "Hace cinco años (los cubanos) no sabían nada sobre la homofobia. Ahora, saben que no es algo bueno y que no forma valores humanos positivos ".
Similar a cualquier centro de homosexuales y lesbianas en los Estados Unidos, CENESEX es el lugar donde la comunidad LGBT de Cuba puede ser ella misma, encontrar un refugio seguro contra el acoso y el juicio, y discutir abiertamente cuestiones relevantes para sus vidas. Ubicado en una antigua mansión familiar de tres pisos, el edificio del gobierno se ha transformado en oficinas y salas de usos múltiples que el personal de CENESEX utiliza para llevar a cabo una variedad de programas informativos, que incluyen clases de sexo seguro, servicios de atención médica y sociales eventos.
Sí, Cuba ha cambiado y está cambiando. Muchos cubanos no homosexuales apoyan los esfuerzos del movimiento antihomofóbico. Otros, como los críticos anti-gay en los Estados Unidos, están convencidos de que el movimiento homosexual tiene una "agenda" subyacente. Los argumentos escuchados por fanáticos religiosos y conservadores en las calles de América se hacen eco de personas con ideas afines en las calles de La Habana; "Está en contra de la voluntad de Dios". "Dos hombres besándose son repugnantes". "Los homosexuales están tratando de hacerse cargo".
Sin embargo, García insiste: "Ya no es políticamente correcto ser homofóbico en Cuba. Ahora escuchas a la gente decir 'No soy homofóbico'. Tal como puedes escuchar a la gente decir 'No soy racista'. Esto no significa necesariamente que hayan superado sus prejuicios, pero expresa que han recibido el mensaje de que la discriminación por orientación sexual y diversidad es dañina ".
Pedro Monzón, el actual embajador cubano en Australia, sugiere que las actitudes en la sociedad cubana hacia la homosexualidad realmente comenzaron a cambiar después del lanzamiento de la premiada y controvertida película de 1994 Strawberry and Chocolate. Monzón señaló, "Esa película fue un comienzo importante. Muchos de nosotros que nunca habíamos pensado acerca de la difícil situación de los cubanos homosexuales cambiaron nuestra forma de pensar después de esa película ". Continúa diciendo:" El momento del cambio ya hace tiempo que debe haber llegado ". Mucha gente no sabe que hubo transexuales que lucharon en Revolution junto a los otros guerrilleros. Entonces, los avances que se están haciendo con respecto a los asuntos LGBT en nuestra sociedad son oportunos y buenos ".
Aún así, un visitante estadounidense o europeo, acostumbrado a un estilo de vida más "abierto" de bares gay, carteles de salas de chat en Internet, blogs de sexo, ¡aquí! TV y estudiantes de secundaria gays haciendo cabriolas en un exitoso programa de televisión como "Glee", no debería esperamos encontrar la misma apertura en Cuba. Entre los automóviles antiguos y los edificios decadentes, la "escena gay" de Cuba sigue estando bajo tierra en el mejor de los casos.
En La Habana, hay tres hangouts gay principales. A lo largo de la costa norte de la isla hay un malecón de tres millas conocido como el Malecón. Durante siglos, ha sido un respiro para familias, amantes y turistas que vienen a nadar, pescar, hacer picnic, relajarse, besuquearse y divertirse. En la sección media del Malecón, cerca del Vedado (el centro comercial de La Habana), se congregan gays y lesbianas. Dentro de este bolsillo de aproximadamente cincuenta yardas, en cualquier día o noche, los jóvenes gays beben ron, boom boom, toca guitarras y cháchara.
Al dirigirse a La Rampa (también conocida como Avenida 23), a un tiro de piedra de este nicho gay a lo largo del Malecón, uno encontrará dos bares gay, Bim Bom y Piropo. Más conveniente que el bar, el Bim Bom es más o menos el equivalente de Cuba de un 7-11 escalado. Situado en una esquina con poca luz, a la sombra del histórico Hotel Nacional, el Bim Bom está repleto los viernes y sábados por la noche con cientos de hombres y transexuales en su mayoría homosexuales. Este lugar de reunión sin adornos no ofrece música alta, ni luces de discoteca ni pista de baile, solo cubanos gays socializando y disfrutando de la compañía de los demás. A una cuadra, el más íntimo Piropo es un popular lugar lleno de humo que tiene la sensación de un café, aunque no se sirve comida. Piropo también está mejor iluminado y atrae a más gente de mediana edad.
Lo más parecido a un club gay en La Habana es la "fiesta" que se celebra todos los sábados por la noche a partir de las 11 p.m. En el pasado, la fiesta circulaba semanalmente a diferentes lugares para eludir el acoso de la "Policía". En los últimos años, indicando un cambio notable en las actitudes hacia los homosexuales, "la fiesta" se ha establecido en cualquiera de los dos parques al aire libre: uno cerca del Parque Lenin; el otro cerca de la Plaza Revolucionaria notoria. El costo de cobertura para cubanos cuesta menos de un dólar. A los extranjeros se les puede cobrar hasta quince. La música arrebata todo, desde Lady Gaga hasta Marc Anthony, mientras los clientes van de fiesta hasta altas horas de la madrugada. No hay anuncios de Absolut Vodka o cualquier otra empresa capitalista en una fiesta. Como cuestión de hecho, el alcohol se limita principalmente a la cerveza y el ron. No hay cómodos sofás o sillas o muchos de los adornos que encontrarías en bares moderadamente modernos en los EE. UU.
La "ciudad más gay" de Cuba es Santa Clara (a 4 horas al suroeste de La Habana). Aquí encontrará el único establecimiento gay autorizado por el gobierno de Cuba, El Mejunje. Recientemente celebrando su 25 aniversario, el pequeño local al aire libre es un paraíso entretenido para la comunidad LGBT. Famoso por sus extravagantes espectáculos de travestis y ambiente festivo, este es el lugar donde los gays, las lesbianas y sus amigos pueden ser ellos mismos sin el temor al acoso de los no gays.
Mientras los cubanos gays y heterosexuales trabajan para abrazar sus diferencias, deben superarse generaciones de obstáculos sociales y emocionales para combatir la ignorancia y la intolerancia. Una trabajadora heterosexual que apoya al movimiento gay admitió: "Me gustaría trabajar con CENESEX y ayudar con su programación y esfuerzos. Creo que el trabajo es importante y necesario. Pero, me temo que si lo hago, la gente pensará que soy lesbiana ".
Aunque frustrante, tal pensamiento es comprensible en un movimiento que todavía está en su etapa infantil. Sin embargo, un joven profesor heterosexual de la Universidad de La Habana ha dejado atrás esas preocupaciones y ha tomado las riendas como un acérrimo defensor de los derechos de los homosexuales. "Apoyo los derechos de los homosexuales", dijo el apuesto, de cara fresca, estudiante de 30 años de edad. "Lo hago primero por homosexuales, pero también por mí mismo". Es mi derecho luchar por quién creo que debería luchar ". Continúa diciendo:" Una vez que comencé mi carrera como profesor tuve que enfrentar momentos difíciles con estudiantes y profesores que tenían opiniones divididas sobre el tema de la homosexualidad. Si defendía los derechos de la orientación sexual libre, me acusaron de ser homosexual. Tanto los heterosexuales como los homosexuales seguían preguntándome: '¿Cuándo sales del armario?' Inicialmente, pensé que había perdido la llave. Me sentí rechazado por todos. Pero, en mi corazón, sabía que si no apoyaba los derechos de los homosexuales, mi conciencia (quedaría) atrapada ". Volviéndose más reflexivo e introspectivo, continuó:" La homofobia nos afecta a todos. Limita nuestras vidas. Impide nuestro desarrollo humano y profesional. Todos tienen derecho a determinar sus preferencias sexuales sin arriesgar su propia felicidad ".
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