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| De: cubanet201  (message original) | Envoyé: 03/07/2016 14:34 | 
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¿DEJARÁ CHUECA DE SER EL BARRIO GAY DE  MADRID?      ¿Le están arrebatando a Chueca el titulo de Barrio  Gay de Madrid?  Una pregunta que nos hemos hecho debido al auge del  colectivo LGBT               Por Manuel  Collantes - ShangayCuando asociamos las  palabras ‘Madrid’ y ‘gay’ siempre nos viene a la mente Chueca. Y es que el  barrio gay por excelencia de la capital española ha dado muchas alegrías a la  vida social y privada del colectivo LGTB. Pasó de ser un barrio marginal a  principios de los noventa  a resurgir de sus cenizas cual ave fénix a finales de  siglo, gracias a la comunidad LGTB. Desintoxicado de la delincuencia que sufría,  empezaron a brotar en Chueca bares y comercios enfocados al colectivo LGTB, y  pronto se convirtió en el barrio gay por antonomasia, sede de las fiestas del  MADO (el Orgullo de Madrid).
   Pero como  en una montaña rusa, todo lo que sube, tiende a bajar. Llevar a cuestas la  responsabilidad de ser el zócalo homosexual de una ciudad desgasta, y puede  pasar factura.   Muchos  miembros del colectivo LGTB madrileño han empezado, desde hace algunos años, a  mudarse a otros barrios colindantes de la ciudad, tales como Malasaña, La Latina  o Lavapiés, dejando un poco atrás Chueca... ¿A qué se debe este  fenómeno?   Ser el  barrio gay de Madrid, tiene un precio... y muy caro. Tan caro que muchos de sus  habitantes ya no pueden hacer frente a las altas hipotecas y alquileres del  barrio, que se ha ido conviertiendo en un gueto para gente de alto poder  adquisitivo. Otros se quejan de que el barrio no ha evolucionado nada, que se ha  quedado anclado en la imagen más estereotipada de la homosexualidad y que los  que lo frecuentan solo se reúnen por afinidad sexual. Quieren ser un miembro más  del barrio y no un objeto de atención.   Es por ello  que Malasaña ha empezado a recibir desde hace algún tiempo a vecinos  LGTB.   Algunos lo  tachan como el barrio gay hipster de Madrid. Si paseas por sus calles puedes  respirar el oxígeno más alternativo de la ciudad, lo bohemio campa a sus anchas  por sus calles. Y es que no todo va a ser petardeo, travestismo y desenfreno. El  público gay es más diverso y la música indie o el rock alternativo también  entran a formar parte de los gustos de muchos miembros del  colectivo.   La Latina  es otro núcleo que se está beneficiando de esta ‘emigración’. Su elegancia,  sencillez y coquetería hacen de él un lugar ideal y bastante tranquilo para  vivir, alejado del ajetreo de la vida nocturna de Chueca. Además de que están  proliferando una amalgama muy interesante de locales y restaurantes que atraen  al colectivo, y sin duda alguna el hecho de tener el mercado callejero más  grande de España entre sus calles lo hace aún más  atractivo.   Pero entre  todos los barrios, el más beneficiado de este ‘trasvase’ es Lavapiés. Los  precios de las viviendas son más asequibles que en Chueca, y eso ha alentado a  adquirir y alquilar viviendas en la zona. La diversidad cultural del barrio hace  que su oferta sea más extensible y variada. Festivales de música africana,  espectáculos de Bollywood y teatros alternativos conforman parte de sus  posibilidades de ocio. Además, hay una oferta LGTB interesante y alternativa a  Chueca, y aquí el colectivo lésbico está obteniendo una relevancia considerable  de la que en Chueca carecía.   Todo esto  nos lleva a preguntarnos lo siguiente. ¿Está muriendo Chueca como barrio gay de  Madrid?   El factor  económico es fundamental a la hora de cambiar de barrio, eso sin duda. Pero  quizás el hecho de que se legalizara el matrimonio homosexual hace diez años ha  contribuido también a que el colectivo LGTB se asiente en otros barrios y zonas  de Madrid, y ya no haya una necesidad de tener un único espacio para el  colectivo LGTB.   El debate  esta encima de la mesa...     | 
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BREVE HISTORIA  DEL BARIO CHUECAEl ambiente GAY cambia  de barrio (Little Chueca)
   
           Eduardo Sánchez A  principios de los años 90, un barrio deprimido fue conquistado por unos  valientes que decidieron ondear en sus calles, locales y viviendas la bandera  arco iris para rehabilitarlo y cambiarle completamente el ambiente.
   Durante las últimas  décadas, Chueca se ha convertido en uno de los rincones de Madrid más prósperos,  epicentro de grandes marcas comerciales, restaurantes y galerías. Pero, sobre  todo, el gran atractivo de este barrio rosa ha sido su vida nocturna, siempre en  ebullición, sin descanso y con mucho descaro.   Y es por estas fechas del  Orgullo, cuando Chueca vive su semana grande. Desde el miércoles 29 de junio,  sus calles se vuelven a teñir de multicolores, las opciones de encontrar mesa  libre en sus restaurantes (o un simple hueco en una barra de bar) son más que  escasas y si todavía no se ha reservado habitación de hotel u hostal, la misión  es casi imposible.   Pero en esta ocasión, el  turista —como durante todo el año ha podido constatar el autóctono— podrá  comprobar que en cuanto a marcha se refiere, el barrio ha perdido gran parte de  su encanto. Es cierto que aún se puede pasar una divertida noche de baile  (mezcla de últimos éxitos comerciales con los imprescindibles petardeos al  estilo Raffaella Carrà) en locales como el Delirio (Libertad, 28), Polana  (Barbieri, 10) o Studio 54 (Barbieri, 7). También disfrutar de una copa más  tranquilos en el D'Mystic (Gravina, 5), en la terraza del hotel Room Mate Óscar  —con su minipiscina tan cool— (Plaza Pedro Zerolo, 12) o atreverse con la  supermargarita del Baranoa (Pelayo, 31). O visitar los históricos Truco  —referente para el colectivo lésbico— (Gravina, 10), Black & White —aquí el  petardeo cabaretero está más que asegurado— (Libertad, 34) o el HOT —para los  que les guste los hombres barbados y con pelo en pecho— (Infantas,  9).   Sin embargo, la noche de  Chueca ya no es lo que era. De hecho, durante el Orgullo 2016, los actos  centrales del concurso de Mr Gay, actuaciones musicales y las casetas de copas  estarán en la céntrica Puerta del Sol (en los últimos años el Ayuntamiento ya  las ubicó en Callao); la zona infantil y familiar se traslada a la explanada del  Rey en Madrid Río y los grandes conciertos se instalan en Plaza de España y  Puerta de Alcalá. Todo un poco retirado de las calles del barrio, en un reflejo  de la dispersión que se ha dado del ambiente por otras zonas de la  capital.   LA LATINAConocida ya  como la little Chueca. Esta zona típica del tapeo madrileño, conquistada por los  famosos de la capital, vive su día grande los domingos a partir del mediodía.  Desde hace años en muchos de sus locales se ve ondear las banderas arco iris y  disfrutar del mejor ambiente. Los míticos están situados en el denominado  Triángulo de Calatrava:
   El Perla (Calatrava, 14).  Ideal para los que les gusta empezar pronto la fiesta y arrancar cuando el sol  todavía pega fuerte. Lugar de tapeo de barrio, donde triunfan sus  mojitos.   La Sixta (Calatrava, 15).  A punto de cumplir tres décadas abierto. Estilo muy kitsch y ambiente cañí donde  uno puede escuchar a Camilo Sesto o bailar al ritmo del 'pichi' de Lina Morgan  mientras se toma una copa. No olvidar saludar a Manolo, su propietario y toda  una eminencia en el barrio de San Isidro.   El Atril (Calle de la  Paloma, 9). Público muy variado, con predominio de estilo hipster. De los tres,  el que más tarde cierra. Mucho botellín de cerveza, pipas y sándwiches a última  hora de la noche. Ambiente muy agradable y camareros simpatiquísimos. Las tardes  de los domingos el local, no muy grande, se pone a reventar para escuchar —lo de  bailar es más complicado— música comercial de los ochenta hasta  hoy.   Al triángulo se le ha  sumado en los últimos años un cuarto, también concurrido por las tardes para  disfrutar de una gran variedad de videoclips de actuaciones musicales (sobre  todo Eurovisivas): La Bámbola (Calatrava, 6).   LAVAPIÉSEn el barrio  más internacional de la capital también podemos encontrar locales de ambiente o  gayfriendly.
   Empezamos por El Rincón  Guay (Embajadores, 62), una cafetería de barrio donde se ofrecen desde desayunos  hasta coctelería. En su web nos invitan a no perdernos sus tapas a un euro y sus  cañas al más puro estilo madrileño.   En La80 (Sombrería, 8)  podemos disfrutar de buenas sesiones de DJ con música ochentera hasta las seis  de la mañana. Ofrecen conciertos de jazz&blues entre  semana.   En este barrio hay mucha  oferta para el público lésbico. De hecho, desde mediados de los noventa, con la  apertura de un centro okupa gestionado por mujeres, las calles de Lavapiés han  atraído a este colectivo. El Club 33 (Cabeza, 33) acaba de cumplir cuatro años  con ese nombre pero es el local del histórico Medea: abierto los jueves, viernes  y sábado hasta las seis de la mañana. En El Mojito (Olmo, 6) podrás disfrutar  del 'mejor mojito de Madrid' por menos de diez euros antes de la medianoche  mientras contemplas las exposiciones que decoran este local acogedor o escuchas  a alguna de las narradoras que amenizan las noches de los  domingos.   MALASAÑAPegado a  Chueca está este barrio de modernos y modernas que se ha contagiado del estilo  rosa.
   Podemos empezar tomando  la primera copa o té orgánico a precios asequibles en Cazador (Pozas, 7),  decorado con un exquisito gusto, donde nos ofrecen unas tartas artesanales (para  los más golosos, una auténtica delicia) y tostas variadas con las que abrir  nuestro apetito de cazadores. Siguiendo el estilo hipster, Jandro (Corredera  Baja de San Pablo, 18) es también una buena opción para entonar el cuerpo a base  de chupitos y copas acompañadas de gominolas.   Si buscamos un rincón  donde comer bien, en Rústika Casa Angel (Las Minas, 18) son muy recomendables  sus raciones de comida internacional, acompañadas de cervezas del mundo en un  espacio con una decoración extraordinaria que nos traslada al interior de una  bodega, el fondo de un océano o al comedor de una casa  colonial.   Toca ahora mover el  esqueleto: Baila, Cariño! (Santa Engracia, 17), una de las discotecas de moda de  la capital. Abierta jueves, viernes y sábado en una sala de dos plantas que  cierra a las seis de la mañana. El público suele ser joven y se mezclan heteros  y gays en la pista de baile. Para los que les guste más el estilo de hombres  musculados sin camiseta y la música house su destino nocturno es Kluster  (Covarrubias, 42). Como cualquier lugar de moda, las copas son caras y los baños  muy concurridos. | 
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EL BARRIO CHUECA EN MADRID 2018 "CHUECA EL PRIMER BARRIO GAY DE LA CAPITAL DE ESPAÑA"Chueca es uno de los barrios más peculiares de Madrid, es un barrio donde reside, hoy en día, un gran porcentaje de la comunidad de homosexuales de la capital. El barrio ha vivido una gran transformación en el último siglo, en la década de los años 20 del siglo pasado era una zona que atrajo gran cantidad de famosas casas de modas, eran tiempos en los que se intentaba cambiar la imagen rural de Madrid, imitando la estética impuesta por París, Londres u otras ciudades europeas.
  El barrio de Chueca fue desde principios del siglo XX un lugar de encuentro clandestino para homosexuales, aunque en los años de la transición a la democracia se convirtió en una zona de tráfico de estupefacientes. Lo cierto es que, cuando se comenzaron a trasladar al barrio de Chueca los homosexuales de la época, el barrio era un lugar en un estado de semi abandono.  De hecho Arnaldo Gancedo, presidente del COGAM, describió la zona como un lugar cutre, lleno de yonkis, abandonado, triste y sucio. En aquellos años sólo algunos locales gays abrían después de las 10 de la noche. Era un barrio muerto.  En los primeros años de la democracia, el comercio madrileño sufre una gran transformación y empezaron a surgir grandes supermercados que atraían a la clientela y hacían que el pequeño comercio mermara sus ventas, eso hizo que en un barrio como Chueca, de pequeños locales: colmados, ultramarinos, etcétera… subsistiera gracias a la clientela del propia del barrio, dominada por gente mayor, lo que hacía que el comercio tradicional en esta zona estuviera en crisis.  Estas circunstancias (locales de renta baja y en una zona poco demandada) hicieron que se comenzaran a abrir pequeños locales, bares, saunas y otros establecimientos al servicio del colectivo homosexual, primero de forma clandestina y luego ganando en vistosidad. Al principio de la democracia, el colectivo homosexual, salía sólo a partir de las 12 de la noche, lo que hacía el barrio de Chueca tuviera, sobretodo, una importante vida nocturna. Pero poco a poco, esos locales nocturnos fueron dando paso también a establecimientos que abrían durante todo el día, por ejemplo la librería Berkana que estaba en la calle la Palma, el café de la calle Clavel, o el estaurante El Armario.  Durante los años 90 se sumaron negocios de moda, inmobiliarias, gimnasios y un sinfín de comercios que se exhibían en lugares destacados con símbolos gays, con la típica bandera arco iris. Poco a poco se fue creando un ambiente en el barrio de Chueca de armonía entre la comunidad heterosexual y la comunidad homosexual, convirtiendo el barrio de Chueca en un lugar muy heterogéneo.  El tráfico de drogas desapareció hace muchos años de Chueca, la delincuencia descendió significativamente y las calles ganaron en limpieza y orden, mejorando su imagen y promocionando un auge económico que ha tenido su máxima expresión en la peatonalización de la calle Fuencarral, que se ha convertido en una zona de comercio de tiendas de moda muy importante en el centro de Madrid.  En el barrio de Chueca conviven hoy personas mayores que comparten lugares públicos con jóvenes, no sólo del colectivo homosexual sino de las más diversas tendencias e ideologías.  El barrio de Chueca es un ejemplo de transformación de la ciudad que nace de la iniciativa social y popular y no de las administraciones públicas, en este caso, estas últimas no se hicieron notar hasta principios del siglo XXI, cuando promovieron la peatonalización de la calle Fuencarral.  Fue un colectivo marginado, el que hizo que un barrio pobre y deteriorado se convirtiese en uno de los máximos referentes culturales y uno de los grandes focos económicos del centro de Madrid.  La 'vivienda gay' tira de orgulloEl mercado residencial ligado al colectivo LGTB en Madrid ha aguantado mejor la crisis y empieza a expandirse a los barrios Malasaña y Lavapiés.  Este mercado inmobiliario se ha identificado desde los años 90 con el barrio deChueca (en el céntrico distrito de Justicia), pero en los últimos años ha comenzado a estar presente en otros enclaves.  Cada vez más banderas arcoíris ondean en Lavapiés (Embajadores) y Malasaña (Universidad). La principal causa de esta expansión ha sido la aceptación social de este gran colectivo, cifrado en más de dos millones y medio de personas.  Además del reconocimiento social, otros factores inmobiliarios han hecho que el colectivo gay mire más allá de Chueca. La contada oferta de viviendas y la alta demanda (fundamentalmente de jóvenes, también heterosexuales) junto con losaltos precios han obligado a estos residentes a desplazarse a nuevos destinos de la ciudad.  La llegada de la comunidad LGTB a Lavapiés o Malasaña es una buena noticia inmobiliaria y urbana. Basta con ver la profunda transformación de Chueca, que ha pasado de ser un área degradada y envejecida a convertirse en el Soho madrileño, con gran oferta comercial y de restauración, un proceso conocido como gentrificación.  Desde el punto de vista inmobiliario, el renacer de Chueca ha dado brillo al mercado de la vivienda. "El hecho de ser referencia gay ha impulsado este sector, algo que ahora está pasando en otras áreas, como Lavapiés y Malasaña, porque Chueca se ha quedado pequeño", señala Lola Gilaberte, directora de la inmobiliaria Vanity Chueca.  Jorge y Javier ponen voz a este trasvase de la demanda LGTB.  Se acaban de mudar a Lavapiés tras vivir varios años cerca de Chueca. "Buscábamos una casa que se adaptara a nuestras necesidades y que no costara más de 600 euros al mes. Elegimos Lavapiés por tener un precio relativamente económico, ser un barrio con identidad propia y con vida y por su cercanía a la Puerta del Sol, Atocha o al barrio de Las Letras", comenta Jorge. "La gente está saliendo de Chueca por sus altos precios y la normalización, cada día más patente, de las personas LGTB en la sociedad madrileña", explica Javier.  El hecho de que la zona gay por excelencia va a otro ritmo se ve en los datos deurban Data Analytics (uDA), empresa especializada en el Big Data inmobiliario.  Según UDA, que tiene como base las operaciones reales de compraventa, el valor medio de la vivienda en Chueca asciende a 3.569 euros por metro, por encima de los 3.133 del distrito Centro y muy superior a la media de la ciudad, de 2.670 euros.  Por otra parte, desde UDA informan de que los precios se están disparando enLavapiés y Malasaña. Sobre todo, en Lavapiés, donde suben a un ritmo del 21%. En Malasaña, la escalada es del 10,1%. Estos notables incrementos ponen de manifiesto que dichos barrios están de moda en general y, particularmente, entre la comunidad LGTB. Además, Lavapiés goza del menor plazo de venta. Las viviendas se venden aquí en 11,6 semanas, mientras que en el resto de zonas estudiadas este periodo ronda las 14 semanas.  Gilaberte admite que la crisis también ha afectado al mercado de la vivienda en Chueca, aunque remarca que ha resistido mejor que otras zonas gracias, en parte, al motor de la demanda gay.  Eso sí, lamenta que aquí afecta mucho más la sequía de crédito. "Quizá por ello", prosigue, "ahora hay más oferta de alquiler que de venta".  Apunta que, por ejemplo, el arrendamiento de un piso exterior de 70 metros cuadrados y un dormitorio cuesta unos 800 euros al mes. "Los precios, tanto de venta como de alquiler, están subiendo y eso ha hecho que salgan inmobiliarias como setas", advierte.  Mayor inmunidad a la crisisRoberto Hernández, director de Inmobiliaria Gamero, corrobora que "los precios no han caído en Chueca como en el resto de la ciudad y ahora están estabilizados e incluso repuntando un poco". Tanto Hernández como Gilaberte recalcan que no hay que olvidar que Chueca, además de ser el barrio gay, está cerca del centro.  Al margen del colectivo LGTB, que tiene un peso relevante, argumentan que cuenta con demanda de todo tipo, desde solteros a parejas jóvenes pasando porinversores que compran para alquiler.  "He visto evolucionar el barrio por completo y puedo decir que actualmente vive su mejor momento. Mejor incluso que cuando empezó el movimiento gay. Ahora está todo más normalizado", indica Hernández. De cualquier modo, espera que el mercado inmobiliario "no se vuelva loco". "Además, hoy no es tan dependiente de la demanda LGTB. También destaca la demanda de gente joven sin hijos.  Por contra, apenas buscan casa las familias tradicionales", declara.  La ausencia de las familias en Chueca parece evidente viendo las tipologías existentes. "Hay producto variado, desde estudios de 25 o 30 metros cuadrados a viviendas de 200 a 250, pero abundan los pisos de 45, 50 o 60 metros, los más demandados", comenta Hernández. "Los precios no son baratos", avisa.  "Un piso de 50 metros sin reformar en Chueca ronda los 150.000-160.000 euros. Si está reformado, se va a 190.000-200.000", dice, reconociendo que Malasaña, que colinda con Chueca, es más económico.  Desde UDA ratifican que las viviendas más demandadas en Chueca y de mayor rentabilidad son los pisos de dos dormitorios de 70 a 100 metros cuadrados, cuyo precio unitario asciende a 4.140 euros por metro.  "Chueca, Lavapiés y Malasaña son tres barrios donde el proceso de gentrificación se encuentra en etapas diferentes. Chueca fue el primero y ese proceso está finalizado, por lo que la relación de oferta y demanda es de reposición. Por contra, Malasaña y Lavapiés están iniciando esa transformación y las casas con mejor comportamiento son diferentes por el perfil social que se está implantando", especifica Carlos Olmos, director de UDA.  Como recuerda Hernández, los inmuebles pequeños son fruto de segregaciones de casas y especifica que la demanda suele preferir un producto a reformar.  "Estas viviendas salen más económicas y a la gente le atrae hacer los hogares a su gusto", afirma, al tiempo que no olvida que también hay demanda LGTB para hogares grandes y exclusivos. "En este escaparate, las calles más cotizadas son Fuencarral, Hortaleza o Valverde", explica.  Mirando a este mostrador de casas de alto nivel, Gilaberte declara que su empresa comercializa un piso exterior de 250 metros por 1,6 millones de euros. "El comprador gay también pide este tipo de propiedades. Se trata, por ejemplo, de directores de empresas con alto poder adquisitivo. Lo más caro en el corazón de Chueca está en las plazas, donde apenas hay oferta y ésta contrasta con el grueso del producto, situado en calles estrechas", asegura.  Una voz autorizada en el exclusivo escaparate de casas de Chueca y alrededores es Eduardo Crisenti, director de la zona Centro de Engel & Völkers. "En general, el mercado en Chueca lleva unos años estable.  Las zonas con un público concreto aguantan mejor la crisis y, además, las oscilaciones del precio no son muy grandes", expone.  Al hablar de demanda segura también se refiere a la gran presencia de inversores que, al calor de la comunidad LGTB, ven en Chueca una buena inversión donde "alquilar es sencillo".  En este punto, UDA informa de que el alquiler más caro de las áreas analizadas está en Chueca (15,5 euros al por metro cuadrado), aunque, en esta ocasión, no dista mucho del resto de valores. La renta media en Malasaña se sitúa en 15,3 y en Lavapiés en 14,8. Pero estas diferencias seguirán ampliándose, ya que el mayor crecimiento de los precios se da en Chueca. Exactamente, más de un 8%. "Al igual que pasa en la compra, los pisos pequeños son los que menos tiempo tardan en alquilarse", recalcan en UDA.  Gentrificación y lujoEn la misma línea que el resto de expertos, Crisenti admite que "la zona está algo saturada y de ahí que el público gay esté desplazándose a otras áreas". "Chueca ya no es la novedad", sostiene.  "Este perfil con poder adquisitivo", añade, "está a la última y ahora mismo la tendencia está en Embajadores y Lavapiés". En concreto, Crisenti cita las zonas de La Latina y Tirso de Molina. "El fenómeno de gentrificación que vivió Chueca se empieza a notar en Embajadores, con cierto movimiento hasta Malasaña, hasta, por ejemplo, la calle Conde Duque", dice.  Centrándose en el sector del lujo, Crisenti reconoce que en Chueca no hay mucha oferta y que se limita a viviendas reformadas de más de 300 metros en edificios representativos. "Hemos tenido casas estupendas en las calles Libertad o Fuencarral, pero a la demanda le cuesta mucho gastarse uno o dos millones en estas áreas con tanto movimiento", indica.  "Aquí el alto standing queda desmerecido porque hay mucha oferta de ocio", remarca. Destaca un comprador muy variado con gran presencia de extranjeros. "En este sector, Chueca va mucho más allá del mundo LGTB", concluye.  Este mercado inmobiliario se ha identificado desde los años 90 con el barrio de Chueca (en el céntrico distrito de Justicia), pero en los últimos años ha comenzado a estar presente en otros enclaves. Cada vez más banderas arcoíris ondean en Lavapiés (Embajadores) y Malasaña (Universidad).  La principal causa de esta expansión ha sido la aceptación social de este gran colectivo, cifrado en más de dos millones y medio de personas. Además del reconocimiento social, otros factores inmobiliarios han hecho que el colectivo gay mire más allá de Chueca.  La contada oferta de viviendas y la alta demanda (fundamentalmente de jóvenes, también heterosexuales) junto con los altos precios han obligado a estos residentes a desplazarse a nuevos destinos de la ciudad.  La llegada de la comunidad LGTB a Lavapiés o Malasaña es una buena noticia inmobiliaria y urbana. Basta con ver la profunda transformación de Chueca, que ha pasado de ser un área degradada y envejecida a convertirse en el Soho madrileño, con gran oferta comercial y de restauración, un proceso conocido como gentrificación.  Desde el punto de vista inmobiliario, el renacer de Chueca ha dado brillo al mercado de la vivienda.  "El hecho de ser referencia gay ha impulsado este sector, algo que ahora está pasando en otras áreas, como Lavapiés y Malasaña, porque Chueca se ha quedado pequeño", señala Lola Gilaberte, directora de la inmobiliaria Vanity Chueca. Jorge y Javier ponen voz a este trasvase de la demanda LGTB. Se acaban de mudar a Lavapiés tras vivir varios años cerca de Chueca. "Buscábamos una casa que se adaptara a nuestras necesidades y que no costara más de 600 euros al mes. Elegimos Lavapiés por tener un precio relativamente económico, ser un barrio con identidad propia y con vida y por su cercanía a la Puerta del Sol, Atocha o al barrio de Las Letras", comenta Jorge.  "La gente está saliendo de Chueca por sus altos precios y la normalización, cada día más patente, de las personas LGTB en la sociedad madrileña", explica Javier.  El hecho de que la zona gay por excelencia va a otro ritmo se ve en los datos de urban Data Analytics (UDA), empresa especializada en el Big Data inmobiliario. Según UDA, que tiene como base las operaciones reales de compraventa, el valor medio de la vivienda en Chueca asciende a 3.569 euros por metro, por encima de los 3.133 del distrito Centro y muy superior a la media de la ciudad, de 2.670 euros.  Por otra parte, desde UDA informan de que los precios se están disparando en Lavapiés y Malasaña. Sobre todo, en Lavapiés, donde suben a un ritmo del 21%. En Malasaña, la escalada es del 10,1%. Estos notables incrementos ponen de manifiesto que dichos barrios están de moda en general y, particularmente, entre la comunidad LGTB. Además, Lavapiés goza del menor plazo de venta.  Las viviendas se venden aquí en 11,6 semanas, mientras que en el resto de zonas estudiadas este periodo ronda las 14 semanas.Gilaberte admite que la crisis también ha afectado al mercado de la vivienda en Chueca, aunque remarca que ha resistido mejor que otras zonas gracias, en parte, al motor de la demanda gay. Eso sí, lamenta que aquí afecta mucho más la sequía de crédito. "Quizá por ello", prosigue, "ahora hay más oferta de alquiler que de venta". Apunta que, por ejemplo, el arrendamiento de un piso exterior de 70 metros cuadrados y un dormitorio cuesta unos 800 euros al mes.  "Los precios, tanto de venta como de alquiler, están subiendo y eso ha hecho que salgan inmobiliarias como setas", advierte.  Mayor inmunidad a la crisisRoberto Hernández, director de Inmobiliaria Gamero, corrobora que "los precios no han caído en Chueca como en el resto de la ciudad y ahora están estabilizados e incluso repuntando un poco".  Tanto Hernández como Gilaberte recalcan que no hay que olvidar que Chueca, además de ser el barrio gay, está cerca del centro. Al margen del colectivo LGTB, que tiene un peso relevante, argumentan que cuenta con demanda de todo tipo, desde solteros a parejas jóvenes pasando por inversores que compran para alquiler.  "He visto evolucionar el barrio por completo y puedo decir que actualmente vive su mejor momento. Mejor incluso que cuando empezó el movimiento gay. Ahora está todo más normalizado", indica Hernández.  De cualquier modo, espera que el mercado inmobiliario "no se vuelva loco". "Además, hoy no es tan dependiente de la demanda LGTB. También destaca la demanda de gente joven sin hijos. Por contra, apenas buscan casa las familias tradicionales", declara.  La ausencia de las familias en Chueca parece evidente viendo las tipologías existentes. "Hay producto variado, desde estudios de 25 o 30 metros cuadrados a viviendas de 200 a 250, pero abundan los pisos de 45, 50 o 60 metros, los más demandados", comenta Hernández. "Los precios no son baratos", avisa. "Un piso de 50 metros sin reformar en Chueca ronda los 150.000-160.000 euros. Si está reformado, se va a 190.000-200.000", dice, reconociendo que Malasaña, que colinda con Chueca, es más económico.  Desde UDA ratifican que las viviendas más demandadas en Chueca y de mayor rentabilidad son los pisos de dos dormitorios de 70 a 100 metros cuadrados, cuyo precio unitario asciende a 4.140 euros por metro."Chueca, Lavapiés y Malasaña son tres barrios donde el proceso de gentrificación se encuentra en etapas diferentes. Chueca fue el primero y ese proceso está finalizado, por lo que la relación de oferta y demanda es de reposición.  Por contra, Malasaña y Lavapiés están iniciando esa transformación y las casas con mejor comportamiento son diferentes por el perfil social que se está implantando", especifica Carlos Olmos, director de uDA.Como recuerda Hernández, los inmuebles pequeños son fruto de segregaciones de casas y especifica que la demanda suele preferir un producto a reformar.  "Estas viviendas salen más económicas y a la gente le atrae hacer los hogares a su gusto", afirma, al tiempo que no olvida que también hay demanda LGTB para hogares grandes y exclusivos. "En este escaparate, las calles más cotizadas son Fuencarral, Hortaleza o Valverde", explica.  Mirando a este mostrador de casas de alto nivel, Gilaberte declara que su empresa comercializa un piso exterior de 250 metros por 1,6 millones de euros. "El comprador gay también pide este tipo de propiedades. Se trata, por ejemplo, de directores de empresas con alto poder adquisitivo.  Lo más caro en el corazón de Chueca está en las plazas, donde apenas hay oferta y ésta contrasta con el grueso del producto, situado en calles estrechas", asegura.  Una voz autorizada en el exclusivo escaparate de casas de Chueca y alrededores es Eduardo Crisenti, director de la zona Centro de Engel & Völkers.  "En general, el mercado en Chueca lleva unos años estable.  Las zonas con un público concreto aguantan mejor la crisis y, además, las oscilaciones del precio no son muy grandes", expone.  Al hablar de demanda segura también se refiere a la gran presencia de inversores que, al calor de la comunidad LGTB, ven en Chueca una buena inversión donde "alquilar es sencillo".  En este punto, UDA informa de que el alquiler más caro de las áreas analizadas está en Chueca (15,5 euros al por metro cuadrado), aunque, en esta ocasión, no dista mucho del resto de valores.  La renta media en Malasaña se sitúa en 15,3 y en Lavapiés en 14,8. Pero estas diferencias seguirán ampliándose, ya que el mayor crecimiento de los precios se da en Chueca. Exactamente, más de un 8%. "Al igual que pasa en la compra, los pisos pequeños son los que menos tiempo tardan en alquilarse", recalcan en UDA.  Gentrificación y lujoEn la misma línea que el resto de expertos, Crisenti admite que "la zona está algo saturada y de ahí que el público gay esté desplazándose a otras áreas". "Chueca ya no es la novedad", sostiene. "Este perfil con poder adquisitivo", añade, "está a la última y ahora mismo la tendencia está en Embajadores y Lavapiés".  En concreto, Crisenti cita las zonas de La Latina y Tirso de Molina. "El fenómeno de gentrificación que vivió Chueca se empieza a notar en Embajadores, con cierto movimiento hasta Malasaña, hasta, por ejemplo, la calle Conde Duque", dice.Centrándose en el sector del lujo, Crisenti reconoce que en Chueca no hay mucha oferta y que se limita a viviendas reformadas de más de 300 metros en edificios representativos.  "Hemos tenido casas estupendas en las calles Libertad o Fuencarral, pero a la demanda le cuesta mucho gastarse uno o dos millones en estas áreas con tanto movimiento", indica.  "Aquí el alto standing queda desmerecido porque hay mucha oferta de ocio", remarca. Destaca un comprador muy variado con gran presencia de extranjeros. "En este sector, Chueca va mucho más allá del mundo LGTB", concluye.  
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