Paddy Smyth es un activista gay de Irlanda que nació con parálisis cerebral. En un nuevo artículo de opinión escrito para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, habla de cómo la discapacidad ha afectado a su vida amorosa.

 

"Mis inseguridades acerca de tener una discapacidad incluían no sentirme lo suficientemente cachondo o sentir que no valía lo suficiente", escribe Smyth con franqueza.

 

"Vivimos en una sociedad en la todo se trata de la imagen que tienes. Y nunca encajo en ese ideal de persona gay".

 

Smyth describe salir con un discapacitado como "complicadísimo". "Los gays podemos ser muy malos", dice.

 

Repasando algunas de las conversaciones que ha tenido con chicos mientras estaba en el ambiente, escribe:

 

Los chicos son directos, dicen : '¿puedes tener sexo, puedes hacerlo? Escuchar esas cosas puede ser muy desalentador. Las personas con discapacidad son tratadas como bebés, como recién nacidos, las personas son muy protectoras. Creo que es por eso que no pueden encontrar atractiva a una persona con una discapacidad, porque el instinto de la sociedad es protegerla y mantenerla a salvo, como si fuéramos a hacer añicos.

 

Smyth dice que podría ocultar su discapacidad en ellas por un tiempo, pero tarde o temprano "Tendría que tener esa conversación extraña -'Soy realmente discapacitado' y luego los chicos se irían '¿cómo de discapacitado? y luego se convertiría en algo donde pensarían que estoy peor de lo que estoy'".

 

Cuando no estaba lidiando con eso, Smyth estaba rechazando a tipos que consideraban su discapacidad como un fetiche gay.

 

"A veces para los chicos era una fantasía. Ellos dirían:"Dios mío, eres un discapacitado", así que yo podría ser uno más en su cama".

 

Hoy en día, Smyth está en una relación con un hombre que dice que lo ama por cómo es él y que no podría preocuparse menos por su discapacidad. Piensa en los consejos que podría dar a su yo más joven, y dice:

 

El consejo que le daría a mi yo más joven sería creer más en mí mismo. Y no tratar de encajar tan bien, aceptar mi propia bandera y enarbolarla. ¡Y no tengas miedo de que no gustes! Ten la confianza en ti mismo para aceptar con que no le gustes a la gente.