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General: CUBA: DONALD TRUMP VUELVE A 1959
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 21/04/2019 15:59
EDITORIAL, EL PAÍS
Donald Trump vuelve a 1959
La reactivación de la ley Helms-Burton es un golpe calculado contra Cuba y la Unión Europea
La Administración de Donald Trump ha eliminado la suspensión, renovada por semestres, del artículo III de la Ley Helms-Burton. A partir de ahora las empresas estadounidenses podrán presentar reclamaciones en los tribunales por la expropiación de bienes durante la revolución castrista de 1959 en Cuba. Donald Trump cancela así la estrategia de distensión con Cuba iniciada por Barack Obama, plantea directamente la cuestión de la extraterritorialidad de las leyes norteamericanas, e involucra a Europa y, en particular a España, en un nuevo gesto de agresión comercial. Estamos ante un caso de abuso político de la ley y un paso más en la guerra fría comercial que caracteriza su mandato.
 
Muchas empresas europeas y españolas están utilizando bienes expropiados 60 años atrás, legítimamente adquiridos y con autorización legal. Reactivar ahora una cadena de reclamaciones históricas, con el agravante del aniversario de la invasión en la bahía de Cochinos, solo puede entenderse como una parte de la estrategia política y comercial de Trump que mezcla el proteccionismo reaccionario con el nacionalismo económico más rancio. Llega además en un momento especialmente inoportuno, cuando el Consejo de Ministros de la UE aceptó la apertura de negociaciones comerciales con Estados Unidos. Pero esta es la táctica preferida de Trump: golpear y presionar antes de iniciar una negociación.
 
Las empresas españolas, en particular las hoteleras, pueden verse atrapadas en una maraña de pleitos que comprometan la estabilidad de los negocios en los próximos años. Para la economía cubana significa un aumento de la incertidumbre que retraerá a los inversores y frenará el crecimiento; para Bruselas, plantea un dilema. Puede seguir el criterio de “esperar y ver”, o el de activar el reglamento de bloqueo que permite a los tribunales europeos rechazar las sentencias estadounidenses o contraatacar frenando las negociaciones comerciales previstas.

Editorial Diario de Cuba: La Ley Helms-Burton y la responsabilidad del régimen cubano
El Gobierno cubano ha lucrado durante décadas con propiedades confiscadas tras la revolución. Lejos de compensar a sus legítimos dueños, ha desestimado reiteradamente cualquier paso o negociación con ese fin. Y aún más, poniendo dichas propiedades en manos de empresas y consorcios militares, ha negado su uso a los cubanos, quienes durante años carecieron del derecho a acceder, por ejemplo, a tierras, hoteles, marinas y puertos.
 
En un nefasto cálculo político, ese Gobierno desperdició la oportunidad ofrecida en su momento por el presidente de EEUU, Barack Obama, de allanar el camino para el entendimiento con Washington y poner en marcha soluciones que aliviaran la vida de los cubanos y les permitieran avanzar hacia la prosperidad.
 
Aún hoy, ese mismo Gobierno se mantiene como el principal aliado de regímenes condenados regionalmente por sus claras muestras de desprecio hacia la democracia, como el de Nicolás Maduro en Venezuela y el de Daniel Ortega en Nicaragua. De esa manera, liga la suerte de los cubanos a los proyectos de Caracas y Managua, fracasados políticamente, que han llevado la corrupción, la miseria y la falta de libertades a sus sociedades.
 
Activar los títulos III y IV de la Ley Helms-Burton es una prerrogativa de EEUU que el Gobierno de Donald Trump ha decidido ejercer, en respuesta a esas confiscaciones no compensadas a propiedades de ciudadanos de ese país, en contra de lo que establece el derecho internacional.
 
El Gobierno cubano ha calificado la Ley de "ataque a la soberanía de Cuba", pero nada dice de su histórica falta de acción para solucionar o atemperar su impacto sobre los ciudadanos de la Isla. Envuelto en su acostumbrada retórica patriotera, el Gobierno cubano diluye así su responsabilidad. Al pretender unir su suerte a la de los ciudadanos, oculta que esa responsabilidad es medular, pues durante décadas ha detentado el poder de forma omnímoda en la Isla, ha hecho las leyes y diseñado sin oposición ni prensa crítica la política del país.
 
De ese Gobierno, actualmente presidido por Miguel Díaz-Canel, era la obligación de reconducir el diferendo con EEUU, de permitir a los cubanos la participación en los destinos de la nación y de respetar los derechos humanos; en suma, de haber evitado que el país se hundiera en la actual crisis política, social y económica.
 
La respuesta cubana —los tweets del propio Díaz-Canel y de Bruno Rodríguez tras la activación de los títulos III y IV de la Ley Helms-Burton— evidencia una clase política enfrascada en ese camino sin salida que nos ha llevado hasta aquí, y cuyo elemento esencial, para ocultar sus propias responsabilidades y fracasos, es la confrontación con EEUU. Ahora, como desde hace décadas, las consecuencias las pagaremos todos los cubanos.
        
  EDITORIAL EL PAÍS & DIARIO DE CUBA


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