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General: TODO LO QUE DONALD TRUMP HA HECHO POR EL RACISMO
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De: cubanet20  (Mensaje original) Enviado: 17/07/2019 16:28
Además de sus declaraciones, el presidente estadounidense ha tomado medidas que han hecho retroceder en materia de derechos humanos al país que ayudó a definirlos en 1948.
 
TODO LO QUE DONALD TRUMP
HA HECHO POR EL RACISMO (Y NO SOLO DE PALABRA)
POR SILVIA CRUZ LAPEÑA |  REVISTA VANITYFAIR
Mandar a las congresistas demócratas a sus países “rotos e infestados de crimen” es la última salida de tono racista de Donald Trump, quien en el pasado se refirió a Haití o El Salvador como “agujeros de mierda” y llegó a decir que cuando México envía a Estados Unidos a su gente “no envía lo mejor”. Son solo algunas de las muchas declaraciones racistas que ha hecho el presidente estadounidense en su primer mandato y en esa línea sigue ahora que ya prepara su reelección.
 
A Trump siempre le ha gustado enrarecer el ambiente. Un hecho del pasado que ha vuelto a la palestra gracias a Netflix confirma que ese vicio es viejo en Trump: se trata de When they see us, la serie donde se explica el caso de los cinco chicos acusados de violar a una mujer en Central Park. Era 1989 y entonces no tenía responsabilidades públicas, aunque si aspiraciones, pero el magnate pagó un anuncio en varios diarios de Nueva York pidiendo que se restaurara la pena de muerte para unos adolescentes que finalmente se demostraron inocentes. "El tema era: 'Aquí están todos estos jóvenes negros e hispanos que van a violar a nuestras jóvenes blancas'". Así resume Jonathan C. Moore, abogado de cuatro de los chavales implicados, lo que escondía el mensaje de aquel anuncio.
 
Ahora Trump es presidente, un cargo al que se le presume más responsabilidad, pero no solo no la ha tenido a la hora de manifestar ideas racistas, sino que las ha traducido en cambios de fondo. Uno de los ejemplos más claros se ve en la representación que tiene su país en el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial y en el de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: ninguna. Gay MacDougall, experta en la materia, era el miembro de su país que ejercía esa tarea en el primer organismo hasta finales del año pasado. Pero en febrero, cuando acababa el plazo para renovar su puesto o proponer otro candidato, la desidia de la administración Trump hizo acto de presencia y el puesto quedó vacío.
 
Como MacDougall contaba con el apoyo de Barack Obama, podía parecer que era una manera de quitar a una persona puesta por el anterior presidente, pero las plazas de ese comité las ocupan profesionales independientes, no miembros de ningún partdo. Y que Trump no propusiera a nadie más afín a sus posturas mostraba el interés que tiene en combatir el racismo. Consultado por VF, el comité encargado de evitar la discriminación racial informa de que en 2017 hicieron un comunicado criticando el modo de expresarse de Trump y remiten al último informe del ente sobre EEUU en el que se "reitera su preocupación por la ausencia de prohibiciones contra el discurso de odio racista". Pero data de 2014 y Trump no ganó el gobierno hasta 2016. Tampoco MacDougall ha respondido a las preguntas de esta revista.
 
Redefinir los derechos humanos
Los movimientos internos que ha realizado el gobierno de Trump a la vez que se ausentaba de los órganos que combaten el racismo en la ONU, dan una pista de por dónde quieren llevar el tema los republicanos que hoy gobiernan EEUU. Hace apenas dos meses se presentó en el registro de la Casa Blanca un nuevo órgano que lleva por nombre Comisión de Derechos Inalienables. Según se puede leer en la ficha de alta, su función es proporcionar “al Secretario de Estado asesoramiento y recomendaciones sobre asuntos internacionales de derechos humanos”. Pero también, y aquí está el quid de la cuestión, “proporcionará nuevas ideas sobre el discurso de los derechos humanos cuando dicho discurso se haya apartado de los principios fundadores de la ley natural y los derechos naturales de nuestra nación.”
 
"Ley natural" es uno de los binomios de palabras favorito del secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, un hombre que mezcla sin empachos sus creencias religiosas con la política y a quien articulistas como Roger Cohen, de The New York Times, acusan de querer “redefenir los derechos humanos". Sin embargo, más que redefinirlos, lo que parecen pretender Trump y los suyos es llevarlos al tiempo de los pioneros: cuando era dios y no la Convención de Derechos Humanos, que precisamente ayudó a perfilar la Primera Dama Eleanor Roosevelt en 1948, la que dictaminaba quién era merecedor de qué.
 
“¿Cómo puede haber derechos humanos, derechos que poseemos no como privilegios que nos otorgan o incluso ganamos, sino simplemente en virtud de nuestra humanidad?”, dice uno de los hombres más poderosos del gobierno de Trump sembrando dudas sobre la validez de unos principios que garantizan igualdad de oportunidades con independenica de la raza, la religión o el sexo. Y por eso hay quien los llama “los escépticos de los derechos humanos”.
 
Para extender ese mensaje en el que los derechos básicos se merecen, no se tienen, Trump tiene ayuda. En cuestiones raciales, Ali Alexander, un activista de derechas que también defiende los derechos de las personas negras y a quien se le ha acusado de echar leña a los ataques que recibió la candidata demócrata Kamala Harris. Ocurrió después de que la que fuera fiscal de California hablara de cómo las crio su madre a ella y su hermana "siendo dos niñas negras". Por esas palabras recibió un aluvión de críticas, entre ellas la de Alexander, que la acusaban de que era descendiente de indios y jamaicanos, "no de esclavos negros". Ese tuit también lo compartió el hijo del presidente, Donald Trump Jr.
 
En esa red que ayuda, a propósito o de rebot , a Donald padre a hacer más agrias y confusas las cuestiones raciales está el colectivo #ADOS. Las siglas, en inglés, quieren decir “Americanos Descendientes de Esclavos” y de ellos se ha dicho de todo: desde que son un artefacto de Rusia para influir en la política estadounidense hasta que solamente son un grupo que pretende romper la homogeneidad con la que se define a la población negra en EEUU. Sin embargo, tal como explicó la revista Slate en un reportaje, su realidad es algo más compleja aunque no es menos cierto que hablan de cuestiones como hacer censos separados de “gente negra” e “inmigrantes negros”. A ese tipo de propuestas se unen los partidarios de Trump en las redes, incluido su propio hijo con el caso de Harris, en un gesto parecido al que hizo el padre cuando sembró la duda, noticia falsa mediante, de que Barack Obama había nacido en Kenya.
 
Black Lives Matter refuerza su trabajo
El yerno de Trump, Jared Kushner, también está haciendo su labor de zapa en el asunto racial. Su última intervención ha tenido lugar en Florida, donde el colectivo "Black Lives Matter" ha estado trabajando hasta conseguir que se reformara la Enmienda 4, la que impedía votar a los expresidiarios. "En Florida aprobaron una ley donde los exdelincuentes pueden votar. Hemos tenido más exdelincuentes registrados como republicanos que como demócratas”, dijo hace unos días en una declaraciones que como muchas de las que hace su suegro, no son demostrables, pues no hay datos sobre a qué partido vota cada persona, tampoco los presidiarios.
 
Aunque alrededor del 28% de esos exconvictos son afroamericanos y hay estudios que amparan que la población negra en Florida suele preferir el Partido Demócrata, no se entiende el objetivo de Kushner con esas declaraciones si no es el de enrarecer el ambiente en un momento en que su suegro ha puesto en marcha su reelección. Lo que sí se sabe es que la tarea de "Black Lives Matter" se ha redoblado durante el mandato de Trump, y en ese mismo lugar, Florida, por ejemplo, lucha contra el poder de GEO Group, una empresa que acapara casi todos los contratos de cárceles en ese estado. Una que además, ha invertido dinero en diversas campañas electorales: según datos de Opensecret.org, en 2018 el 87% de los 290.00 dólares que gastó a tales efectos fueron a parar al Partido Republicano.
 
El muro con México, las deportaciones de familias o las recientes redadas masivas contra inmigrantes son también algunas muestras de que cómo ha convertido los derechos humanos en una cuestión de seguridad nacional. Por eso Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y miembro del Partido Demócrata, asegura que cuando Trump habla de hacer América grande nuevo en realidad está diciendo "hacerla blanca de nuevo". Obvia el presidente que esas congresistas a las que ha mandado a su país, algo que le recordó inmediatamente Alejandra Ocasio-Cortez, nacieron en el mismo que él.
 


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