Las alusiones más antiguas en China sobre lo que hoy en día entendemos como homosexualidad aparecen en algunos libros clásicos y se remonta a la época del mítico Emperador Amarillo. Según estos clásicos, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo existieron, como le sucede a otras civilizaciones antiguas de la historia, al comienzo de los registros históricos que se conservan de la historia de China. El Libro de los Shang (1765–1122 a.n.e.) cita, entre otras costumbres corruptas, la de frecuentar a hombres jóvenes inocentes. Así, y como se observa a través de la literatura china de época antigua, abundan las anécdotas sobre las relaciones que los emperadores mantenían con sus amantes. Algunos de ellos, aburridos de la vida de la corte, frecuentaban a hombres jóvenes de los que, a veces, se enamoraban. Según el sociólogo Pan Guangdan, la gran mayoría de los emperadores de la dinastía Han (206 a.n.e. – 220 n.e.) compartieron el lecho con otros hombres. Se dice, por ejemplo, que el emperador Aidi se enamoró de Dong Xian, al que quiso incluso cederle el trono en detrimento de sus ministros, quienes, aterrorizados por la idea, le reprendieron. Otro famoso ejemplo de la dinastía Han fue la historia del emperador Cheng con su compañero Zhang Fang. Ante las calumnias difundidas por los aristócratas que se sentían ofendidos por el gusto del emperador hacia los hombres jóvenes, la emperatriz ordenó el exilio de Zhang Fang. El emperador le siguió escribiendo hasta su muerte.
Durante el periodo medieval, a diferencia de lo que ocurrió en la europea, en la que se perseguía y condenaba a la hoguera a los homosexuales, en China se hizo gala de una gran tolerancia, presente tanto en la corte imperial como en el pueblo llano. Sin embargo, esta práctica sexual fue desapareciendo en los informes oficiales, para reaparecer con fuerza en el periodo moderno con la dinastía Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), donde algunas regiones adquirieron gran importancia, sobre sobre todo en las provincias meridionales de Guandong y Fujian. Era frecuente que, además de esposas y concubinas, los letrados soliesen tener a su servicio a un adolescente que le acompañaba durante sus salidas o viajes. En muchas ocasiones, estos se convertían en sus amantes. Así, el famoso letrado Zhang Banqiao fue aficionado a tener relaciones sexuales con hombres jóvenes hasta una edad muy avanzada. Asimismo, durante el reinado de Shenzong de la dinastía Ming, Zhu Yijun se entregaba a los placeres carnales con jóvenes homosexuales y amó a una decena de jóvenes eunucos apodados “los diez guapos”.
A pesar del tupido velo que se corrió sobre la mayor parte de las prácticas sexuales a la llegada de los manchúes al poder en el siglo XVII, la homosexualidad no se vio afectada. Es en este periodo cuando se publica la primera novela homosexual de China, Pinhua Baojian. Además, se conoce la historia de bastantes funcionarios de la corte que se encapricharon de músicos y actores. Fue durante el reinado de Qianlong, cuando un prestigioso letrado abandonó a su esposa y concubinas para irse con un actor llamado Li Guiguan. Igualmente, es en esta época cuando se reconoce por primera vez la homosexualidad femenina. No era un hecho aislado ni nuevo, ya que durante la dinastía Han, la emperatriz Liang se había enamorado de una concubina del emperador. Novelas como Flor de ciruelo en jarrón de oro y Continuación de Flor de ciruelo en jarrón de oro, ambas de Yao Kang, aparece como tema central el amor de dos mujeres jóvenes. Además, agrupaciones como Asociación de la orquídea dorada o La asociación de las mujeres que se peinan, sus integrantes vivían en pareja y juraban que nunca se casarían con hombres.
La sociedad china se regía y se rige por la ideología confuciana, otorgando el máximo valor a la familia extensa. Como hemos visto, en la China Imperial, la homosexualidad era respetada siempre que se respetase los deberes familiares y filiales. Sin embargo, hoy en día dicha tolerancia choca con la identidad homosexual, en la que no se puede conciliar con la institución confuciana de la familia patriarcal.
A partir de 1949, China, entró en un período de represión al individualismo que duró al menos 20 años. El concepto dominante en este periodo era: “no serás nadie si no eres parte de un grupo”. El placer personal iba contra las normas, el amor puro era considerado un sentimiento burgués y las prácticas sexuales no estándares se veían como crímenes mezquinos. Durante la Revolución Cultural, de 1966 a 1976, los homosexuales fueron expuestos a la vergüenza pública o internados como criminales. La situación empezó a cambiar a de finales de los años setenta, cuando Deng Xiaoping, empezó las reformas de mercado y abrió la economía al mundo exterior. En 1997 la sodomía fue despenalizada. En 2001 se eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.
Pese a todo, en China se sigue asimilando la sexualidad a la procreación y se acepta mal la noción de placer, y menos aún si ese placer es homosexual. Cada varón debe formar una familia para engendrar una descendencia masculina que perpetúe el culto de los antepasados. La socióloga Li siente que, a pesar de haber sido China muy tolerante con los homosexuales, hoy en día se está quedando atrás.