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General: CINCO DE AGOSTO: ASÍ SE FRAGUÓ EL FIN DE MARILYN
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 05/08/2019 15:44
'MARILYN UN MITO UNIVERSAL'
"Eran despreciables y corruptos, pero te sentabas a su lado, escuchabas sus mentiras y veías Hollywood con sus ojos: un burdel abarrotado, un carrusel de camas en lugar de caballos".  Un 5 de agosto se hallaba el cuerpo sin vida de una mujer que ya habló del acoso sexual al que eran sometidas las actrices en los años 50.

ASÍ SE FRAGUÓ EL FIN DE MARILYN:
ENTRE LA ESQUIZOFRENIA, EL #METOO DEL HOLLYWOOD DORADO Y LOS TERAPEUTAS SIN ESCRÚPULOS
POR LAURA MAS
  Me gustaría desaparecer. En la ficción o fuera de ella. Me da igual. Pero desaparecer”. Esta fue una de las confesiones que Marilyn Monroe le hizo a Ralph Greenson durante una de sus sesiones. En enero de 1960, la actriz llamó al doctor para que acudiera al Hotel Beverly Hills y, al llegar, éste se encontró con una mujer de aspecto explosivo y alma perdida. De inmediato, y seducido por la idea de incorporar a la estrella a su amplia cartera de celebridades, aceptó ayudarla mediante el psicoanálisis.
 
Lo que quería Marilyn era algo que había intentado combatir toda su vida: los demonios del pasado. Su libro de memorias My story reveló que la situación económica de su madre era muy precaria y ese fue el motivo por el que estuvo con varias familias de adopción a lo largo de su infancia y adolescencia. La pequeña Norma Jean fue víctima de abusos sexuales en algunas de las casas en las que residió.
 
Siendo todavía una niña, su madre, Gladys Pearl Baker, empezó a manifestar los primeros síntomas de esquizofrenia paranoide. La enfermedad le fue diagnosticada y en 1934 la internaron en un hospital para enfermos mentales donde pasó el resto de sus días. Cuando Marilyn ya había alcanzado la fama, su agente le indicó que no podía mantener contacto con ella porque eso le daría mala publicidad. Si alguien le preguntaba al respecto, debía decir que su madre estaba muerta. Aquel hecho persiguió a la artista como un fantasma. Temía heredar la misma enfermedad y, por desgracia, a mediados de los años 50 su propio declive psicológico empezó a darle razón.
 
Los 'casting' de sofá
Se desconocen con exactitud las causas de la esquizofrenia, pero los investigadores creen que la genética, la química del cerebro y el ambiente contribuyen al desarrollo del trastorno. Dependiente de los fármacos y del alcohol, Marilyn convivió en un ambiente hostil y fue una víctima del star system de los años dorados de Hollywood, cuyos contratos de explotación eran abusivos y sexualizaban a las actrices, algo que tenía su traducción detrás de la pantalla. Para sobrevivir, Marilyn vendió su cuerpo a varios productores y en sus memorias reconoció haberse acostado con algunos de los jefes de los grandes estudios, como Joseph Schenck, fundador de la 20th Century Fox, quien le abrió las puertas del estrellato. “Los conocí a todos. Eran despreciables y corruptos, pero te sentabas a su lado, escuchabas sus mentiras y veías Hollywood con sus ojos: un burdel abarrotado, un carrusel de camas en lugar de caballos”, describía.
 
Pero Marilyn no fue la única valiente que en su época se atrevió a romper el silencio. Actrices como Tippi Hedren, Judy Garland o Maureen O’Hara se unieron al #MeToo avant la lettre del Hollywood dorado. El acoso sexual en la industria del cine estaba a la orden del día, tal como demuestra la prensa de los años 30, que se refería a ello con total normalidad utilizando la expresión “casting de sofá” (casting couch).
 
En 2017, la veterana actriz Joan Collins acudió al programa británico This Morning para hablar del escándalo de Harvey Weinstein y reveló que, al llegar a Los Ángeles con 21 años, Marilyn le advirtió de los “lobos en Hollywood”. Le dijo que tuviera especial cuidado con Darryl F. Zanuck, cofundador de la Fox. Al contestarle que ella podía manejar a los lobos, Marilyn fue rotunda: “No a los poderosos. Si no haces lo que quieren, te anularán el contrato”.
 
El cine, verdugo y consuelo
La estrella siempre se vio atrapada y encasillada en la imagen de rubia tonta, frívola y sensual, pero luchó hasta su último aliento para poder interpretar personajes más complejos. Los estudios se negaron ante su petición y eso la llevó a trasladarse a Nueva York en 1954. Allí se apuntó a las clases del Actors Studio, un centro dirigido por Lee Strasberg, quien impartía un método introspectivo de actuación y le presentó a su primera terapeuta: Margaret Hohenberg. La actriz llegó a acudir hasta cinco veces por semana a su casa.
 
En la ciudad de los sueños, una joven y esperanzada Marilyn descubrió la literatura, a Sigmund Freud y el psicoanálisis. “Incluso allí tenía miedo de volverme loca”, le confesó a Greenson en una de sus sesiones. A lo largo de aquella etapa, prácticamente se relacionó solo con escritores. Arthur Miller, su tercer y último esposo, y Truman Capote eran algunos de sus compañeros asiduos. El autor de Desayuno con diamantes —película que finalmente Marilyn no protagonizó a causa de su inestabilidad y sus constantes retrasos en los rodajes— comentó que, durante una comida, la joven se ausentó tanto tiempo en el baño que tuvo que ir a buscarla. Cuando entró, la vio mirándose en el espejo y le preguntó qué estaba haciendo, a lo que ella respondió: “Mirándola”.
 
La actriz sufría un trastorno límite de personalidad que no le fue diagnosticado y convivió junto a un personaje perfectamente trazado por los estudios que le provocaba grandes quebraderos de cabeza. Durante sus sesiones trataba de encontrar a la mujer que había detrás para imponerse a la rubia platino, pero todos sus esfuerzos parecían vanos. “Me miraba en los espejos o en la gente para saber quién era”, le dijo a su doctor. Odiaba aquella imagen de rubia sexy, pero a la vez necesitaba que la mirasen constantemente. Debido al constante abandono que había sufrido en su infancia, pues creció sin ni siquiera saber quién era su padre, consideró que embellecer su cuerpo y actuar era la mejor manera de dar sentido a su vida. El cine le hacía daño, pero a la vez se acabó convirtiendo en su único consuelo.
 
En esa espiral de autodestrucción, Marilyn redujo considerablemente su círculo de amistades y, a lo largo de los dos últimos años de su vida, mantuvo una estrecha relación con su doctor, quien le propuso realizar las sesiones en su casa para asegurar la discreción, traspasando todos los límites de la relación entre médico y paciente.
 
El escritor francés Michel Schneider reveló en Últimas sesiones con Marilyn (Alfaguara) que ésta consideraba al doctor un miembro más de su familia. “Le podía llamar a cualquier hora, cualquier día podía presentarse en su casa”, narra. Respecto a Greenson, el autor sentencia: “Era un pope del psicoanálisis que aplicó con ella todo lo que en teoría su terapia desprecia, desde farmacología a intimidad”. El 5 de agosto de 1962, a las 4:55 de la madrugada, el jefe del departamento de Los Ángeles, Jack Clemmons, recibió una llamada del doctor Greenson diciendo que la actriz había muerto. Al llegar a su casa, Clemmons advirtió una serie de incongruencias en los testimonios de los dos médicos y su ama de llaves, que se mostró muy nerviosa. Jamás se supo por qué tardaron tanto en avisar a las autoridades.
 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: CUBA ETERNA Enviado: 05/08/2019 15:54
 
 
 
 


 
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