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General: YORDAN ÁLVAREZ, ORGULLO CUBANO
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De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 23/10/2021 16:06
Yordan Álvarez -  Orgullo cubano
Yordan Álvarez no habla mucho inglés, pero sus jonrones son elocuentes
El pelotero cubano habla de sus orígenes en la isla, la pasión por el deporte y la travesía que tuvo que hacer para cumplir sus sueños deportivos en las Grandes Ligas.
 
Por James Wagner
HOUSTON — Al crecer en Cuba, a Yordan Álvarez le enseñaron que Estados Unidos era un país malo. Esa creencia estaba tan arraigada en él que, cuando tenía 12 o 13 años, faltaba a las clases de inglés en la escuela.
 
“¿Por qué debería ir a una clase de inglés si nunca voy a ir a Estados Unidos?”, dice Álvarez que se pensaba en ese entonces.
 
Mírenlo ahora.
 
En 2019, Álvarez fue el Novato del Año de la Liga Americana, un nivel que nunca pensó que alcanzaría. Excepto por algunos jugadores de las Grandes Ligas, batea las pelotas con más fuerza que cualquiera e incluso voló una por encima del Monstruo Verde del Fenway Park en Boston en el quinto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana el miércoles. Es el bateador más poderoso de los Astros de Houston, un equipo que está a una victoria de alcanzar su tercera Serie Mundial en cinco años. Cuando no está jugando en la temporada, pasa su tiempo libre en Tampa, Florida; sus dos hijos nacieron en el país que le enseñaron a detestar.
 
Álvarez, de 24 años, se ríe de eso. Tal vez debería haber aprovechado esa época para aprender el idioma del país que ahora es su hogar adoptivo.
 
“Al llegar a Estados Unidos, fue cuando comencé a aprender”, dijo en español, de pie en el campo antes de un juego reciente de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Medias Rojas. “Puedo decirte que lo lamento, pero ahora puedo decirte que no sé si estaban enseñando el inglés de manera correcta”.
 
La historia de Álvarez es familiar para muchos de sus compañeros jugadores del béisbol de las Grandes Ligas nacidos en Cuba, incluidos dos de sus compañeros en el equipo de los Astros, Yuli Gurriel, quien cubre la primera base, y el jugador de cuadro suplente Aledmys Díaz. Muchos escaparon del país, a menudo poniendo sus vidas en manos de contrabandistas o realizando angustiosos viajes en bote, para perseguir sus sueños. Para jugar en las Grandes Ligas, Álvarez tuvo que marcharse.
 
A los 16 y 17 años, jugó dos temporadas con el equipo de béisbol profesional de Cuba en su provincia natal, los Leñadores de Las Tunas. En 74 juegos en la máxima liga cubana, bateó .279 y conectó un miserable jonrón. “Y fue uno dentro del parque”, dijo.
 
En ese entonces, Álvarez era conocido por ser un jardinero ágil con un buen ojo en el plato y no por ser un bateador imponente. Aun así, había potencial: aunque delgado, Álvarez, de 1,96 metros, dijo que siempre fue el jugador más alto de sus equipos. La altura, dijo, la recibió de su padre que mide 1,93 metros y también jugaba béisbol en Cuba.
 
Álvarez relató que cuando él y su familia decidieron buscar oportunidades para jugar béisbol en Estados Unidos, pidió permiso para salir de Cuba, pero se lo negaron. Entonces, en 2015, se fue a la República Dominicana, donde se reunió con sus padres y su hermano menor, que habían llegado antes a ese país.
 
En República Dominicana, donde los 30 equipos de las ligas mayores cuentan con academias de béisbol, Álvarez empezó a trabajar con un entrenador privado. Cuenta que hacía pesas, bateaba diario de la mañana a la noche y reformó su swing izquierdo porque “nunca iba a conectar jonrones”. El poder comenzó a surgir lentamente.
 
Pero para firmar con un equipo de la MLB, Álvarez debía establecerse en un país, así que se mudó al cercano Haití. Ahí se encontró con Gurriel y su hermano menor, Lourdes Júnior —hijos de una leyenda cubana de béisbol— quienes acababan de desertar de su patria y también buscaban los papeles adecuados para llegar a las ligas mayores. No le contaron a nadie de su encuentro casual.
 
“Yo lo había visto jugar en Cuba”, dijo Gurriel, de 37 años, refiriéndose a Álvarez. “Era muy joven. Ya entonces estaba grande, pero no tanto como ahora”.
 
Después de llegar a Estados Unidos, Álvarez se fue a West Palm Beach, Florida, para continuar su entrenamiento y trabajar para futuros equipos. Estableció una relación cercana con un cazatalentos de los Astros, Charlie González, quien le dijo a Álvarez que lo veía con el uniforme de Houston y lo invitó a visitar el complejo de entrenamiento primaveral de los Astros cuando estaba en construcción.
 
González era uno de los directivos de los Astros que quería que la oficina principal fichara a Álvarez, pero la organización enfrentó sanciones significativas por exceder el límite de su bonificación para grupos en fichajes internacionales. Uno de los jugadores con los que se habían comprometido fue Gurriel, que había acordado un contrato de cinco años y 47,5 millones de dólares.
 
Así que los Dodgers de Los Ángeles ficharon a Álvarez en junio de 2016 con un acuerdo de 2 millones de dólares. Seis semanas después, los Dodgers necesitaban un lanzador de relevo, por lo que cambiaron a Álvarez, quien aún no había jugado un partido en las menores, a los Astros por Josh Fields.
 
Álvarez atravesó el sistema de semilleros de los Astros. Bateó con un promedio de .343 con 23 jonrones para el equipo de Clase AAA en 2019 a pesar del dolor en la rodilla izquierda que comenzó la temporada anterior y se agravó con el paso del tiempo.
 
“Mi objetivo era llegar a las grandes ligas”, dijo. “Pero también pensé que nunca lo alcanzaría si me equivocaba. Tenía que seguir jugando”.
 
A pesar de que la rodilla no le respondía como debía, Álvarez cumplió su sueño el 9 de junio de 2019, a los 21 años, después de que el robo ilícito de señales por parte de los Astros había terminado para la MLB. Álvarez dijo que la adrenalina enmascaraba el dolor y continuó esforzándose. Bateó .313 con 27 jonrones en 87 juegos como el principal bateador designado de los Astros, y los ayudó a llegar a la Serie Mundial, donde les faltó solo una victoria para lograr el título ante los Nacionales de Washington.
 
Álvarez comentó que jugar con una pierna comprometida durante tanto tiempo generó una sobrecompensación con la rodilla derecha, y eso le causó daño. Al final, después de jugar dos partidos en la temporada 2020, que fue acortada por la pandemia, no pudo más y se sometió a una cirugía en ambas rodillas (una reparación del tendón de la rótula en una y una limpieza en la otra). Se quedó sin jugar el resto del año.
 
Con piernas más fuertes y saludables esta temporada, ha notado la diferencia. Solo siete jugadores de las ligas mayores han bateado mejor que Álvarez consistentemente, entre ellos Aaron Judge, Giancarlo Stanton, Vladimir Guerrero Jr., Fernando Tatis Jr. y Shohei Ohtani.
 
¿Y qué tienen en común? Son grandes. Además de medir 1,96 metros, Álvarez pesa 102 kilos.
 
“Muchos de los grandulones no batean”, dijo sobre Álvarez hace poco Dusty Baker, el mánager del equipo. “Tiene buena vista. Tiene buen equilibrio, sobre todo ahora que tiene bien las piernas. El equilibrio es clave y él corre. El bromista corre y piensa que puede batear”.
 
Esta temporada, en 144 juegos, el promedio de bateo de Álvarez llegó a .277 y lideró a los Astros con 33 jonrones y 104 carreras impulsadas. A Álvarez lo ponchan bastante, pero cuando conecta, lo hace fuerte, lejos y por el aire. Un buen ejemplo: el miércoles, contra el abridor de los Medias Rojas, Chris Sale, el jonrón de Álvarez se produjo cuando conectó una recta exterior de 94 millas por hora hacia el campo opuesto, golpeando los asientos sobre la famosa pared.
 
El campocorto de los Astros, Carlos Correa, define a Álvarez como “un bateador natural”. Gurriel dijo que tenía una madurez en el plato que contradecía su edad. “Eso lo hace muy especial”, dijo.
 
Los compañeros de equipo dijeron que Álvarez también desafió las expectativas al interior del club. Quizás por su imponente estatura, sus expresiones faciales o la barrera del idioma, la gente suele pensar que es una persona muy seria, dijo Álvarez. Su esposa, Mónica, a veces le dice que sonría, cuenta; de lo contrario, parece estar de mal humor.
 
“Me gusta bromear”, dijo Álvarez. Correa agregó: “Ese tipo no se calla en el vestidor. Parece tranquilo, pero no dejes que te engañe”.
 
Sin embargo, ayuda que Correa, que es puertorriqueño, sea bilingüe. También la esposa de Álvarez, quien nació en Cuba pero llegó a Estados Unidos a los 5 años, habla inglés. Álvarez dijo que ella lo ha ayudado mucho con el idioma. Si está relacionado con el béisbol, dijo que entiende la mayor parte de una conversación, pero una de sus metas es aprender mejor el inglés fuera del campo.
 
Otro de los sueños de Álvarez, uno que nunca se imaginó que podría cumplir cuando era niño en Cuba y faltaba a las clases de inglés, también está en proceso. Dijo que está haciendo el papeleo para llevar a sus padres, que están en República Dominicana, a Estados Unidos con el fin de que puedan verlo jugar en ese país.
 
“A mi mamá, sin duda, le va a gustar”, dijo. “Pero a mi papá, que jugaba béisbol, le encantará”.
 
Orgullo cubano: Yordan Álvarez fue elegido MVP de Serie de Campeonato en Liga Americana
El jugador tunero de 24 años sumó su nombre al de sus compatriotas Liván Hernández, Orlando "El Duke" Hernández y Randy Arozarena en la historia de las series de postemporada de Grandes Ligas.
 
La tremenda faena del cubano Yordan Álvarez en la recién finalizada Serie de Campeonato de la Liga Americana derivó en su elección como MVP del playoff en que los Astros vencieron 4-2 a los Medias Rojas de Boston.
 
En ese segmento, el oriundo de Las Tunas promedió .522 (23-12) con un cuadrangular, seis remolques y OPS de 1.408 OPS, para de esa manera merecer la selección y unirse a sus tres compatriotas que lograron previamente el mismo galardón: Liván Hernández (1997), Orlando "El Duke" Hernández (1999) y Randy Arozarena (2020).
 
En el duelo decisivo del dual meet ante Boston, el cuarto bate de Houston cerró de 4-4 con un sencillo, dos tubeyes y un triple, además de dos carreras anotadas y la primera (y a la postre definitoria) impulsada del encuentro.
 
En su temporada de novato (2019), el tunero había cargado con el premio al mejor debutante con un desempeño brutal en 87 juegos que incluyó average de .313, porcentaje de embasado de .412 y slugging de .655.
 
Desde el martes, al cubano de 24 abriles le espera la compleja misión de volver a liderar a su equipo en la Serie Mundial, con rival todavía por decidirse entre Bravos y Dodgers.
 
Los Astros de Houston ganaron su partido de este jueves frente a los Medias Rojas de Boston con marcador de 5x0 para avanzar a la Serie Mundial, que comenzará el 26 de octubre.
 


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