El albacea de Celia Cruz se ha encargado de que sea el respeto a la figura de la gran Guarachera de Cuba lo que prevalezca en la trascendencia de su obra. La exposición Celia Cruz para siempre se inauguró el 27 de julio de 2023 en el Tower Theatre, ubicado en la Pequeña Habana de Miami, para conmemorar la fecha de la muerte de la artista cubana, ocurrida el 16 de julio de 2003.

 

      Por Darcy Borrero Batista

Cuba en el pecho y no solo en la tierra. Celia Cruz, quien este sábado 21 de octubre cumpliría 98 años, llevó a Cuba en el pecho, aunque también fue a (la Base Naval de) Guantánamo a tocar, sentir su tierra y cargar con ella de vuelta para no soltarla nunca, para llevársela a la tumba.

 

Celia es solo una, aunque muchas sean las artistas que dignifiquen su legado y, más allá, aunque alguna se autoproclame como reencarnación de Celia o “Celia moderna”. Fue una inmigrante negra, de habla hispana, que triunfó en el mundo y en Estados Unidos sin prácticamente hablar inglés. Al día de hoy es recordada con cariño y su legado es dignificado por artistas, a la par de algunos que pretenden aprovecharse de su éxito, traicionando incluso el dolor de ella.

 

Porque… ¿qué creería Celia de que su imagen se esté usando no solo como gancho para conseguir likes en tiempos de redes sociales, sino también para promocionar productos con los que empresarios, en complicidad con el régimen, explotan al hambreado pueblo cubano y al exilio? ¿Cómo merece Celia Cruz ser recordada? ¿Cómo es sensato o no promover su legado? ¿Hay solo una forma válida de honrar su legado? ¿Quiénes pueden decidir lo que es un homenaje correcto o auténtico, desde la sinceridad y el respeto a su figura?

 

Dos décadas han transcurrido desde su muerte, pero su herencia cultural sigue viva alrededor del mundo. Su rostro en una moneda estadounidense, una Barbie a su imagen y semejanza, y una exposición en La Pequeña Habana que honra su vida y obra, son solo algunos de los tributos a Celia Cruz veinte años después de su partida.

 

No son los primeros homenajes ni serán los últimos para esta artista de pies a cabeza a la que se le impedía aquello de 'ser profeta en su tierra', pero que, aun fuera de ella, logró serlo. No importa que la prohibieran en carteleras y emisoras, su voz llegó… y de qué manera.

 

El Legado

Hoy le sobreviven estrellas en paseos de la fama, tres Grammys y cuatro Latin Grammys, telenovelas y libros que la agasajan. Su albacea, Omer Pardillo, se ha encargado de que sea el respeto a la figura lo que prevalezca en la trascendencia de su obra. Porque, si bien Celia puede ser considerada patrimonio de Cuba, hay quienes han intentado usar su imagen, a conveniencia, con fines que, probablemente, ella no aceptaría. No la Celia que jamás regresó a su país, la Celia que no pudo despedir a sus muertos ni a su gente. No la Celia que con dignidad asumió el exilio, a diferencia de quienes hoy día hablan de democracia y libertades para Cuba, pero entran y salen de la Isla cuando quieren.

 

Recordemos que mientras la Revolución Cubana se radicalizaba en 1960, Celia, que en ese momento estaba de gira en conciertos en México, tomó la decisión de no regresar a la isla. En 1961, se mudó a los Estados Unidos y se casó con Pedro Knight, su viejo amigo y trompetista. Ante la deserción de la artista, Fidel Castro le prohibió regresar a Cuba. Celia nunca regresó.

 

Recientemente, en medio de los anuncios de los eventos conmemorativos en Miami y Nueva York, por los 20 años de la desaparición física de Celia Cruz, acontecida el 16 de julio de 2003, y tras la realización de “homenajes” que han suscitado diversas polémicas en Miami, el albacea de la artista, Omer Pardillo, declaró que se emprenderán acciones legales. A su juicio algunos homenajes “no representan ni honran el legado de Celia Cruz”.

 

“Nadie tiene derecho a usar la voz, el nombre, la imagen o el patrimonio artístico o intelectual de una persona sin autorización. Es como si a mí se me ocurriera lanzar un disco y poner la imagen de Frank Sinatra en la portada”, dijo el empresario y productor cubanoamericano, quien sostuvo una entrañable amistad con la cantante, además de ejercer como su manager y publicista durante décadas.

 

Más allá de tales homenajes que han intentado o han dicho que intentan hacer, en los que el azúcar se ha vuelto caramelo quemado al roce de la vulgaridad, ha generado polémica el uso de la imagen de Celia en la publicidad de negocios cercanos al régimen cubano. Esto ha provocado reacciones de rechazo porque Celia no solo logró convertirse en una estrella global, sino que fue entendida como símbolo de resistencia ante el exilio al que ha empujado a tantos el régimen cubano.

 

Trascendencia de Celia Cruz

Muchos de sus coterráneos y fanáticos llegan a la ciudad de Nueva York y van directo a visitar el panteón de Celia en Woodlawn Cemetery. Celia es orgullo de la nación aunque hayan tratado de impedirlo. Como a ella, a miles de cubanos les ha tocado morir sin ver la democracia y la libertad.

 

Hace solo unas semanas, se estrenó una versión autorizada del tema Patria y Vida en la voz de Celia, gracias a herramientas de Inteligencia Artificial. Esta especie de himno de las protestas del 11J, con la vivacidad del registro vocal de La Guarachera, nos coloca ante un estremecimiento.

 

Las generaciones de ayer y hoy siguen bailando al ritmo de sus canciones y su famoso 'Azúcar'. Así lo reconocen quienes profundizan en su obra y en el contexto social de su carrera, que, consideran, está minimizado. [Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso de la Santísima Trinidad] nació negra y mujer en la década de 1920 en Cuba. Vivió la mayor parte de su vida como una inmigrante de habla hispana y piel oscura en EEUU y, sin embargo, su popularidad y talento siguen siendo inigualables. A lo largo de 50 brillantes años de carrera, la música de Celia capturó la vitalidad y la magia únicas de la música latina y se ganó los corazones de millones en todo el mundo y en su tierra prohibida, así como en su país de acogida, Estados Unidos y, sobre todo, en la ciudad de Miami.

 

Venerada como la Reina de la Salsa, es la primera afrolatina en aparecer en una moneda estadounidense. Adolescentes que cursan estudios secundarios han tenido la oportunidad de acercarse, de primera mano, al legado de Celia. A pesar de que en su natal Cuba, la música y la imagen de Celia han estado por años censuradas debido a su rechazo al régimen, su “ángel”, carisma y presencia son especialmente palpables en la Pequeña Habana de Miami, donde un teatro fue transformado en casa de recuerdos de la “guarachera de Cuba”.

 

En el Tower Theater Miami, considerado una joya del estilo Art Deco enclavada en la Pequeña Habana se ofrece a los visitantes la exposición “Celia Cruz Forever”, donde además de proyectarse un emotivo documental, abundan objetos que pertenecieron a la cantante y que muestran cómo era en escena y en su vida privada. Una mujer que trascendió en el ámbito cultural, pero que también fue reconocida por su activismo y apoyar causas relacionadas con la comunidad latina y la lucha contra el cáncer, la enfermedad que le hizo abandonar los escenarios a los 77 años. Una mujer cuyos orígenes humildes en una barriada habanera de tinte popular, no presagiaban tamaño ascenso a la fama.

 

FUENTE DIARIO LAS AMÉRICAS