Es sobrio bajo los palos y es muy seguro por arriba. En algunos de sus gestos recuerda al último portero campeón del Mundo con Alemania, Bodo Illgner.
Más allá de su calidad incuestionable, transmite mucha seguridad a sus compañeros y eso es fundamental para que Alemania juegue sin miedo.
Alemania produce los mejores coches porque son los más fiables, raro no, rarísimo es ver un Mercedes, un Opel o BMW estropeado, pero la fiabilidad no solo es cosa de vehículos, sino también en la selección y la fiabilidad germana tiene nombre y apellido, Manuel Neuer, el portero del equipo que se ha destapado como uno de los mejores del mundial. Tiene la facha del típico alemán, alto-mide 1,93- rubio y con los ojos claros, pero lo que importa no es su físico, sino su rendimiento bajo los palos, en lo que se está saliendo.
Es sobrio bajo los palos, atrapa balones sin despejarlos y es muy seguro por arriba. En algunos de sus gestos recuerda al que fue último portero campeón del Mundo con Alemania, el ex madridista Bodo Illgner. El espectáculo es para otros, a él lo que le importa es detener balones. Solo ‘vuela’ si es estrictamente necesario y no se adorna en los balones despejados a una mano; es decir, no es un ‘palomitero’.
A pesar de su altura no le ‘duelen’ los disparos por bajo y, siempre que puede, coloca el cuerpo detrás de las manos para que la bola no se le escape. El portero realizó un total de 25 paradas, algunas de ellas memorables, como ante Karim Benzema en el último suspiro del partido de cuartos de final contra Francia (1-0) o contra el brasileño Paulinho.
El alemán Manuel Neuer fue designado este domingo por la FIFA como el mejor portero del Mundial de Brasil 2014 al concederle el premio Guante de Oro.
El arquero del Bayern Múnich de Alemania nació el 17 de marzo de 1986.
Le ganó el duelo a los cancerberos Keylor Navas, de Costa Rica, y el argentino Sergio Romero.
Neuer acabó el Mundial brasileño con cuatro goles recibidos en los siete partidos que jugaron los teutones, todos como arquero titular.
El primer ganador del premio fue el belga Michel Preud’homme en 1994.