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General: REINALDO ARENAS,a vuelta de CORREO
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جواب  رسائل 1 من 4 في الفقرة 
من: BuscandoLibertad  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 06/12/2010 17:45
Reinaldo Arenas, a vuelta de correo
El volumen reúne el ciclo epistolar más completo que se conserva de Arenas
Son 144 cartas, donde habla del mundo literario, político y personal
  
 
Reinaldo Arenas, en las dunas de Doñana

Por José María Rondón
Reinaldo Arenas (Holguín, Cuba, 1943- Nueva York, EEUU, 1990) tuvo una vida trágica. Tanto que a veces se confunde con fragmentos de su obra. Luchó por su libertad personal, defendió sus creaciones hasta la obsesión y la clandestinidad, y a la cultura cubana como una criatura viva a la que sabía que pertenecía. Fue prohibido, golpeado, brutalmente perseguido, encarcelado y, finalmente, expulsado a Estados Unidos, en el triste éxodo forzado de El Mariel.
 
Desde el exilio siguió en sus trece, pensando lo mismo sobre sí mismo, sobre Cuba y sobre Castro. Tampoco se sintió cómodo ni en Miami ni en Nueva York. Sus amigos dicen que Europa le sentaba mejor. Si se atiende a su propio testimonio, sabemos que sí fue feliz, al menos por unos días, bajo el cielo azul de Doñana: "Imagínense: todavía me parece algo irreal de tan bello", anota el escritor cubano en una de las cartas que dirige a sus amigos Margarita y Jorge Camacho y que ahora ven la luz, por primera vez, en castellano, su idioma original, tras su publicación en 2009 por la editorial Actes-Sud, de Arlès (Francia).
 
El sello sevillano Point de Lunettes publica la correspondencia entre el autor de Celestino antes del alba y el pintor cubano Jorge Camacho y su mujer Margarita. Este conjunto epistolar abarca 23 años de profunda amistad, desde el 1 de diciembre de 1967, poco después del primer encuentro entre ellos en La Habana, hasta el 2 de diciembre de 1990, cinco días antes de que, muy enfermo ya de sida, el escritor pusiera fin a su vida en un apartamento de Nueva York. Es el conjunto de cartas más completo que se conserva de Arenas.
 
El ciclo epistolar más completo de Arenas
En total, el volumen reúne 144 cartas -se han omitido otras 15 por su carácter reiterativo con las seleccionadas- más un texto autógrafo dirigido también a los Camacho, su desgarrador adiós a la vida: "Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Sólo hay un responsable: Fidel Castro (...) Al pueblo cubano, tanto en el exilio como en la isla, lo exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota sino de lucha y esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy".
 
Tal como asegura Margarita Camacho, que ha estado al cuidado de la edición, "estas cartas son un expresivo testimonio de la mitad de la vida de Reinaldo, puede decirse que de casi todo su ciclo vital como escritor y, desde luego, la confirmación de muchos de los datos que él mismo narra en su autobiografía Antes que anochezca. Esta correspondencia puede representar, si se quiere, un sugestivo complemento para la lectura de esas desgarradoras memorias que Julian Schnabel llevó al cine, con una interpretación magistral de Javier Bardem".
 
En este conjunto de cartas, Arenas habla del mundo literario y del político, esferas que a veces se confunden cuando, por ejemplo, arremete contra los escritores que apoyan el régimen de Fidel (García Márquez, muy especialmente). En otras esboza nuevos libros y futuros viajes a Almonte, Sevilla, Córdoba, Ronda o Cádiz, ciudad en la que incluso se plantea comprar una vivienda para instalarse. Otras veces se desespera por las trabas burocráticas o estalla contra las editoriales por una mala traducción o por el incumplimiento de los contratos...
 
Y, al fondo, la enfermedad...
Y, por supuesto, está la enfermedad. Primero, como amenaza: "Nueva York, con el problema del sida está irrespirable... Afortunadamente, mi salud está bien e incluso he engordado...", escribe en 1985. "Nueva York, entre el frío y la plaga del sida, se ha convertido en una verdadera tumba", anota dos años después. Y, luego, como realidad: «Ésta es la primera vez que escribo luego de mi muerte; pues como muerte hay que considerar lo que he sufrido y me falta», comenta ya desde el hospital en 1988.
 
Poco a poco, en las cartas de Reinaldo Arenas se mezclan el (triste) tránsito por la enfermedad y los propósitos sobre el destino final de su obra literaria. "Apenas puedo escribir y seguramente esta carta sea difícil de leer, no tengo control en el pulso", expone a finales de agosto de 1990. La muerte ya le rondaba de cerca.
 
Reinaldo Arenas escribiendo 'Antes que anochezca', en noviembre de 1989
Jorge Camacho y Reinaldo Arenas, en un pinar de Almonte (Huelva), en 1989


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جواب  رسائل 2 من 4 في الفقرة 
من: cubanet20 مبعوث: 03/02/2018 18:08
Reinaldo Arenas, medio siglo después del alba
“Cuba será libre. Yo ya lo soy”. Con esta nota se despedía del mundo el novelista y poeta cubano Reinaldo Arenas antes de quitarse la vida, el7 de diciembre de 1990, tenía 47 años y hacía tres que le habían diagnosticado Sida.

                                                                                                        “Cuba será libre. Yo ya lo soy” Reinaldo Arenas                                                                                                                                                   
   POR RAÚL RIVERO
Reinaldo Arenas no era un bicho raro, ni un monstruo descomunal que aterrizó en un paracaídas rosado, en el verano de 1943, en Aguas Claras, en el oriente de Cuba y se envenenó después, enfermo y solo, en una Nueva York helada y ajena, bajo las nieves de diciembre de 1990. No. Él era nada más que un muchacho talentoso, hijo de una familia de campesinos muy pobres, un tipo irreverente y sin miedo que amaba la libertad, la literatura y los hombres.
 
Arenas fue un escritor extraordinario, un inventor de sueños desbordado de imaginación y un testigo sincero de la realidad de su país, que escribía en un idioma español que dominaba, a su manera, y que aprendió, en los años 60, mientras trabajaba como limpiador de pisos y escribidor clandestino de cuentos con faltas de ortografía en la Biblioteca Nacional en La Habana.
 
Entre esos relatos que pergeñaba detrás de sus escobas comenzó a surgir una novela. Le puso Celestino antes del alba, en 1967 la envió a un concurso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y se ganó el primer premio. Poco después la publicaron. El autor no sabía que ese sería el único libro que publicaría en el país donde nació porque tampoco sabía que su obra se convertiría en el tiro al blanco de la censura oficial a lo largo del siglo XX. Ahora se cumple medio siglo de aquella publicación.
 
Todavía con sus escobillones y los cubos de agua con detergente a cuestas, Arenas escribió El mundo alucinante. El libro recibió otra mención en el concurso de la asociación de escritores, pero esta vez no tuvo premio.
 
El éxito de Celestino antes del alba entre los lectores y la crítica en Cuba hizo que su figura pasara de repente a los primeros planos del mundo cultural y a su ubicación definitiva como enemigo del régimen porque la novela se publicó sin autorización oficial en Francia y por otros dos graves asuntos pecaminosos: su amistad incondicional con escritores que no apoyaban al régimen como José Lezama Lima y Virgilio Piñera y las preferencias sexuales que Arenas defendía y ostentaba en público bajo un sistema machista.
 
La obra de Arenas desapareció de las imprentas en Cuba. El escritor no existía para el gobierno. El que existía era el ser humano, el guajiro rebelde que hacía una intensa vida en el perseguido universo de la homosexualidad criolla. Por ese motivo fue arrestado muchas veces y cumplió una condena de dos años en la fortaleza de El Morro, en la capital cubana, y tuvo que trabajar por unos meses en la construcción de viviendas para los técnicos soviéticos que empezaban a llegar a Cuba.
 
Arenas salió de la Isla, por fin, en 1980, por el puerto de El Mariel, con una identidad falsa. Esta vez su homosexualismo le sirvió de pasaporte porque el régimen permitió la salida directa en barcos a Norteamérica a los grupos humanos que consideraba parte de la escoria de la sociedad. El escritor estuvo un tiempo en Miami y luego se mudó a Nueva York. En Estados Unidos vivió los últimos diez años de su existencia.
 
Los críticos y la academia han inscrito su literatura en la parentela cercana del neobarroquismo. Lo cierto es que una de las características fundamentales de su manera de escribir es que Arenas parte de episodios de la vida real y los transforma con su fantasía, los convierte en sucesos, diferentes, en un nuevo retrato de la realidad.
 
El escritor cubano Jacobo Machover ha señalado la importancia de esa estancia de Arenas fuera de Cuba porque la mayor parte de su obra fue escrita en condiciones difíciles de acosos y urgencias y porque muchos de sus textos fueron confiscados o destruidos por la policía. Por ello, dice, los volvió a reescribir en el exilio muchas veces "confiriéndoles de paso otra voz, otras palabras o imprecaciones más libres pero con menos matices".
 
En su afán de ofrecer su visión personal del proceso político que se desarrollaba en su país, Arenas escribió, además de Celestino antes del alba, El palacio de las blanquísimas mofetas, Otra vez el mar, El asalto y El color del verano.
 
En 1987 escribió Antes que anochezca, su autobiografía, llevada al cine por Julian Schnabel. El español Javier Bardem hizo una interpretación de Arenas por la que lo nominaron al premio Oscar al mejor actor. Arenas publicó once novelas, cuatro libros de cuento, tres cuadernos de poemas y escribió también ensayos y una obra de teatro.
 
Me hubiera gustado terminar esta nota con unos versos suyos, pero creo que se sentiría mejor si comparto con los lectores las líneas finales de su última carta, firmada en Nueva York, en diciembre de 1990, en la que destaca que de su decisión de suicidarse hay un solo responsable: Fidel Castro.
 
La misiva termina así: "Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la Isla, le exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy".
 
               RAÚL RIVERO
        Fuente:  Diario de Cuba
 El Mundo, 2 de diciembre de 2017
 
 

جواب  رسائل 3 من 4 في الفقرة 
من: cubanet20 مبعوث: 03/02/2018 18:10


جواب  رسائل 4 من 4 في الفقرة 
من: cubanet201 مبعوث: 17/11/2020 14:23
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