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General: En memoria a Martin Luther King, líder estadounidense por los derechos civiles
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Respuesta  Mensaje 1 de 6 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 21/01/2019 15:11
MARTIN LUTHER KING
“I HAVE A DREAM”
(Martin Luther King Jr.; Atlanta, 1929 - Memphis, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. La larga lucha de los norteamericanos de raza negra por alcanzar la plenitud de derechos conoció desde 1955 una aceleración en cuyo liderazgo iba a destacar muy pronto el joven pastor Martin Luther King.
 
Día de Martin Luther King lunes 21 de enero 2019
Al pastor Martin Luther King Jr. se lo recuerda en Estados Unidos el tercer lunes de enero de cada año, y quizás se le conozca mejor como el principal portavoz estadounidense del activismo no violento por su papel de liderazgo en el movimiento de los derechos civiles de Estados Unidos.
 
Era diciembre de 1955 y Martin Luther King Jr. acababa de recibir su doctorado en Teología. Se había mudado a Montgomery, Alabama para predicar en una iglesia Bautista. Ahí vio, cómo en muchos otros estados del sur, los afroamericanos tenían que viajar en la parte trasera de los autobuses públicos. El Dr. King sabía que esta ley violaba los derechos de todos ellos.
 
Su acción no violenta, inspirada en el ejemplo de Gandhi, movilizó a una porción creciente de la comunidad afroamericana hasta culminar en el verano de 1963 en la histórica marcha sobre Washington, que congregó a 250.000 manifestantes. Allí, al pie del Lincoln Memorial, Martin Luther King pronunció el más célebre y conmovedor de sus espléndidos discursos, conocido por la fórmula que encabezaba la visión de un mundo justo: I have a dream (Tengo un sueño).
 
Pese a las detenciones y agresiones policiales o racistas, el movimiento por la igualdad civil fue arrancando sentencias judiciales y decisiones legislativas contra la segregación racial, y obtuvo el aval del premio Nobel de la Paz concedido a King en 1964. Lamentablemente, un destino funesto parece arrastrar a los apóstoles de la no violencia: al igual que su maestro Gandhi, Martin Luther King cayó asesinado cuatro años después.
 
BIOGRAFÍA
Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial en que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños. Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama.
 
Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau, las mismas fuentes que por aquellos mismos años inspiraban la lucha de Nelson Mandela contra el apartheid en Sudáfrica. En agosto de 1955 una humilde modista negra, Rosa Parks, fue detenida y multada por sentarse en la sección reservada para blancos de un autobús; King dirigió un masivo boicot de más de un año contra la segregación en los autobuses municipales.
 
La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.
 
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos.
 
En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes al encabezar una gigantesca marcha sobre Washington en la que participaron unas 250.000 personas, ante las cuales pronunció el discurso hoy titulado I have a dream (Tengo un sueño), una bellísima alocución en favor de la paz y la igualdad entre los seres humanos. King y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente John F. Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
 
No obstante, ni las buenas intenciones del presidente, quien moriría asesinado meses más tarde, ni el vigor ético del mensaje de Martin Luther King, premio Nobel de la Paz en 1964, parecían suficientes para contener el avance de los grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y favorables a la violencia, como Poder Negro, Panteras Negras y Musulmanes Negros. La permeabilidad de los colectivos de color (sobre todo de los que vivían en los guetos de Nueva York y de otros estados del norte) a la influencia de estos grupos violentos ponía en peligro el núcleo del mensaje de King, el pacifismo.
 
En marzo de 1965 encabezó una manifestación de miles de defensores de los derechos civiles que recorrieron casi un centenar de kilómetros, desde Selma, donde se habían producido actos de violencia racial, hasta Montgomery. La lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico: el 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por James Earl Ray, un delincuente común de raza blanca. Mientras se celebraban sus funerales en la iglesia Edenhaëser de Atlanta, una ola de violencia se extendió por todo el país. Ray, detenido por la policía, se reconoció autor del asesinato y fue condenado con pruebas circunstanciales. Años más tarde se retractó de su declaración y, con el apoyo de la familia King, pidió la reapertura del caso y la vista de un nuevo juicio.
 
OBRA E IDEARIO 
Martin Luther King entendió como una condición esencial de la dignidad humana la igualdad racial, la cual se hallaba por otra parte legitimada, en el plano político, por los principios de la democracia (de la cual siempre se declaró partidario), y en el plano moral, por los principios religiosos. En consecuencia, la acción destinada a la conquista de los propios derechos no debía ser considerada jamás como subversiva ni revolucionaria. King no proclamaba la violación de la ley, sino que sostenía que no pueden obedecerse leyes injustas, porque éstas se oponen a la ley moral. Señalaba el camino del amor en contraposición a la inactividad de los negros pasivos y al odio exasperado de los nacionalistas. Y se dolía de no haber sido ayudado y comprendido por la iglesia blanca.
 
En este sentido, King adaptó y desarrolló el concepto de Gandhi de la no violencia, que supo aplicar de forma creativa en una serie de campañas antisegregacionistas que le convirtieron en el líder más prestigioso del movimiento americano para los derechos civiles, le valieron la concesión en 1964 del premio Nobel de la Paz y provocaron su asesinato a manos de un racista fanático en 1968. Tras su fallecimiento, el movimiento negro estadounidense emprendió un camino más abiertamente revolucionario y violento, alejado de la inspiración cristiana y liberal de King, cuya memoria, a pesar de todo, sigue siendo venerada y amada por las masas de desheredados de su raza.
 
El mismo año del Nobel, el presidente Lyndon Johnson, sucesor de Kennedy tras el magnicidio, promulgó la ley de derechos civiles, que consagraba la igualdad de todos los ciudadanos. Según King, los negros tenían que abandonar su abstracta neutralidad política para estrechar alianzas electorales y apoyar a los candidatos dignos de confianza, porque "la influencia de los negros en el poder político es importante". Solamente entonces se alcanzaría la verdadera meta de la libertad, porque el destino de los negros está unido al de toda América.
 
Sus principios quedaron expresados, además de en la célebre Carta desde la prisión de Birmingham (1963, publicada por la revista francesa Esprit en 1964), en numerosas obras entre las que destacan La fuerza de amar (Strength to Love, 1965) y El clarín de la conciencia (The Trumpet of Conscience, 1968), en las que a menudo su prosa, inspirada en la tradición bíblica del protestantismo anglosajón, alcanza momentos de altísima emoción y humanidad.
 
Mención aparte merece Por qué no podemos esperar (Why We Can't Wait, 1964), en la medida en que la exposición de su credo político se alterna en esta obra con una apasionada evocación de los hechos del verano de 1963 (vividos por el propio autor como protagonista) de gran valor como testimonio histórico. El libro es la historia de la liberación de un pueblo, obtenida mediante el empleo de "un arma potente y justa... que corta sin herir y ennoblece al hombre que la empuña": la no violencia.
 
I HAVE A DREAM (TENGO UN SUEÑO)
Pese al valor de su obra escrita, ninguno de sus textos despertó la universal admiración del más famoso de sus discursos: el que pronunció el 28 de agosto de 1963 ante los 250.000 integrantes de la marcha sobre Washington, al pie del Monumento a Abraham Lincoln, el presidente que, un siglo antes, había abolido la esclavitud: "Hace cien años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos encontramos hoy, firmó la Proclamación de la Emancipación. Este trascendental decreto apareció como un gran fanal de esperanza para millones de esclavos que habían sido marcados con el fuego de una flagrante injusticia. Llegó como el amanecer jubiloso de la larga noche de su cautividad. Pero cien años después, la América de color sigue sin ser libre."
 
Considerado una obra maestra de la oratoria, el nombre con que este discurso es conocido procede de su parte central, en la que reiterando la fórmula I have a dream (Tengo un sueño), Martin Luther King eleva a la condición de ideal la simple materialización de la igualdad: "Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán algún día en una nación donde no se les juzgará por el color de su piel sino por las cualidades de su carácter". Valioso tanto como condensada expresión de sus principios como por su impresionante altura emotiva, su vigencia sigue conmoviendo más de medio siglo después.
 
El 2 de abril, un día antes de su muerte, sus palabras fueron casi proféticas durante su discurso en el Mason Temple, “¿Qué es lo que podría ocurrirme por parte de nuestros malvados hermanos blancos? Como todo el mundo, a mí me gustaría vivir mucho tiempo. La longevidad es importante, pero eso es algo que ahora no me preocupa. Yo sólo quiero cumplir la voluntad de Dios. ¡Y Él me autorizó a subir a la montaña. Estoy muy feliz esta noche. No tengo ningún temor. No tengo miedo de ningún hombre. ¡Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor!".
 
En el último día de su vida, King se encontraba en Memphis Tennessee, había viajado para apoyar la huelga de los trabajadores de recogida de basuras.
 
Su asesino, James Earl Ray, fue un prófugo de la justicia, racista blanco, que provenía de una familia humilde. Ray se hospedó enfrente del lugar donde estaba Martin Luther King, quién aprovechó la oportunidad para dispararle a King cuando se encontraba en el parqueadero del motel.
 
En la actualidad, este motel es el Museo Nacional de los Derechos Civiles, y la habitación 306 es una reconstrucción de cómo había quedado aquel lugar. King tenía 39 años. Era oriundo de Atlanta, Georgia, y nació el 15 de enero de 1929.
 
HISTORIA DE LA CONMEMORACIÓN 
Tomó 15 años lograr que se conmemorara oficialmente el día de Martin Luther King. El Congresista John Conyers, demócrata por Michigan, fue el primero en introducir legislación para esta conmemoración, cuatro días después de que fuera asesinado King en 1968. Después de que la iniciativa no tuvo el impacto deseado en el Congreso, se enviaron peticiones apoyando la propuesta con los nombres de más de seis millones de personas.
 
Conyers y Shirley Chisholm, demócrata por Nueva York, enviaban la misma propuesta de ley cada vez que el Congreso iniciaba sesiones. Durante 1982 y 1983 las marchas por los derechos civiles en Washington constituyeron una presión pública significativa.
 
El Congreso aprobó la legislación en 1983, la cual fue convertida en ley por el Presidente Ronald Reagan. Se determinó celebrar ese día el tercer lunes de enero, en lugar de enero 15, fecha del cumpleaños de King, para que el día no quedara cercano a las conmemoraciones de Navidad y Año Nuevo.
Con información de Internet               


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Respuesta  Mensaje 2 de 6 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 21/01/2019 15:12
CRONOLOGIA
15 de enero de 1929
Nace en Atlanta, Georgia. Sus padres fueron el Reverendo Martin Luther King y la Sra. Alberta Williams King.
 
1944
A los quince años se gradúa de la preparatoria y es admitido en el Colegio Morehouse, dedicado a la educación de afroamericanos en donde cursa la Licenciatura en Sociología.
1951
Se inscribe en la Universidad de Boston para proseguir sus estudios de posgrado en Teología Sistemática.
 
1953
Contrae matrimonio con Coretta Scott y se establece en Montgomery, Alabama.
1955
Se une al boicot contra la compañía de autobuses iniciado a raíz de lo sucedido con Rosa Parks, arrestada por negarse a viajar en la parte trasera del autobús, como estaba establecido. Es elegido presidente y vocero oficial de la Asociación de Montgomery para el Mejoramiento. Al año siguiente la segregación racial en los autobuses se declara ilegal.
 
1957
Forma la Conferencia Cumbre de los Cristianos del Sur para luchar contra la segregación racial y lograr derechos civiles para la población negra.
1958
Se reúne con el Presidente Dwight D. Eisenhower para tratar asuntos relacionados con los problemas de la población negra.
 
1959
Visita la India para familiarizarse con la filosofía de Gandhi de la No Violencia. Renuncia a su cargo de pastor en Montgomery y se muda a Atlanta para dedicarse a la lucha por los derechos civiles.
 
1960
Inicia el movimiento de los plantones. King es arrestado en Atlanta durante uno de ellos, mientras esperaba en un restaurante a ser atendido, servicio que le era negado por su color. Posteriormente es liberado gracias a la intervención de John y Robert Kennedy.
 
1961
El Congreso de Igualdad Racial (CORE) envió al sur a activistas negros y blancos a bordo de autobuses interestatales para poner a prueba las leyes de segregación. Al año siguiente King es arrestado nuevamente.
 
1963
Durante una demostración en Birmingham, King es arrestado y da a conocer el texto de su “Carta desde una cárcel de Birmingham”. También en este año se logra el acuerdo de Birmingham, gracias al cual terminará la segregación en escuelas, restaurantes y tiendas y se contratará a las personas de color. Se lleva a cabo la demostración civil más concurrida en la historia, con la participación de más de 250 000 personas en la ciudad de Washington, donde King pronuncia su famoso discurso “Tengo un sueño”.
 
1964
King es denominado “Hombre del Año” por la revista Time.
Asiste a la Casa Blanca a la firma de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Obtiene el Premio Nobel de la Paz.
 
1966
Se muda a Chicago para atraer la atención sobre las condiciones de vida de los pobres en esa ciudad e inicia una campaña para terminar con la discriminación en lo referente a vivienda, empleo y escuelas.
 
1967
Anuncia el inicio de la campaña por empleos y libertad para los pobres de todas las razas.
 
4 de abril de 1968
Es asesinado en Menphis, Tennessee cuando asistía a apoyar una huelga de trabajadores de sanidad, originada por los bajos salarios y condiciones intolerables de trabajo. Su funeral se convierte en un evento internacional. El Congresista John Conyers introduce una propuesta de ley para que se conmemore a nivel nacional el día de Martin Luther King.
 
1973
Illinois es el primer estado que conmemora el día de Martin Luther King.
 
1983
El Congreso aprueba la propuesta de ley para conmemorar a nivel nacional el día de Luther King y el Presidente Reagan la confirma.
 
1986
Se determina que sea observado el tercer lunes de enero como festivo nacional en su honor.
 
1989
Este festejo es adoptado en 44 estados.
 
1999
Nueva Hampshire es el último estado en adherirse a la conmemoración oficial del día de Luther King.

Respuesta  Mensaje 3 de 6 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 21/01/2019 16:12
 


Respuesta  Mensaje 4 de 6 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 21/01/2019 16:28
 


Respuesta  Mensaje 5 de 6 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 17/01/2020 16:28

Respuesta  Mensaje 6 de 6 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 18/01/2020 15:13
 GRANDES DISCURSOS DEL SIGLO XX
El reverendo se convirtió en el gran referente de los derechos civiles en la Gran Marcha Negra sobre Washington, pero sus metas aún siguen pendientes.  Al caminar, debemos hacer la promesa de marchar hacia delante. No podemos volver atrás.
 
La reivindicación de Martin Luther King sigue siendo un sueño 
POR RAMÓN ÁLVAREZ
   EL CONTEXTO - Ni el nombre de Rosa Parks ni su gesto de negarse a ceder su asiento en un autobús de Montgomery (Alabama) habrían pasado probablemente a la historia y marcado el inicio de una nueva etapa en la defensa de los derechos civiles sin el arrojo de un joven y desconocido reverendo de una iglesia bautista de la ciudad. Aquel histórico 1 de diciembre de 1955 acabaría pasando a la historia después de que Martin Luther King pusiese en marcha un boicot de autobuses que rápidamente se extendió por diversas ciudades del Estado y fue ampliamente seguido por la población negra a modo de amplio reguero diario de trabajadores por las calles y carretera.
 
King fue detenido y su casa atacada, así como varias iglesias negras, con cócteles molotov pero tras más de un año de inquebrantable protesta el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró ilegal la segregación en el transporte, los restaurantes, las escuelas y otros lugares públicos. Un triunfo del activismo pacífico y la desobediencia civil que el propio King derivó a otras campañas a través de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, que fundó en 1957.
 
Con la Biblia y el libro La medida de un hombre , que escribió en 1959, como textos de referencia, King lideró diversas campañas que lo llevaron de nuevo a prisión, a ser víctima de la ira racial y, a su vez, a recibir el apoyo del entonces senador demócrata John Fitzgerald Kennedy . Fue con él, una vez elegido presidente de Estados Unidos, con quien King negoció como responsable de una de las organizaciones impulsoras la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, que pese al cambio de nombre que forzó el presidente nunca dejó de ser la Gran Marcha Negra sobre la capital, como destacó en ese momento la prensa nacional e internacional.
 
La Marcha, en la que participaron unas 250.000 personas, en su mayoría negros originarios de los Estados del sur donde el racismo seguía profundamente arraigado, exigía el fin de la segregación racial en todos los ámbitos, la defensa de los derechos civiles de todos los ciudadanos y el fin de la violencia policial. La iniciativa resultó un éxito y el 28 de agosto de 1963 concluyó frente al Capitolio la que aún se considera la mayor manifestación celebrada en Washington.
 
Fue allí donde Martin Luther King pronunció un discurso –conocido desde entonces como Tengo un sueño , que reproducimos ligeramente extractado– que acabaría por convertirse en su intervención más significativa y en un grito a la igualdad aún lleno de vigencia. La Marcha conllevó a la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 que finalmente acabó con la segregación racial y de la Ley de Derecho de Voto de 1965, que eliminó los criterios de alfabetización o pago de impuestos que impedían indirectamente a la población negra a ejercer su derecho al libre sufragio.
 
Un año después de proclamar su sueño de igualdad y justicia, Martin Luther King recibió el premio Nobel de la Paz. Sus posteriores campañas, su polémica oposición a la Guerra de Vietnam y su asesinato en un motel de Memphis en 1968 lo convirtieron en una leyenda aún viva entre los que siguen reivindicando, dentro y fuera de Estados Unidos, la igualdad efectiva y la garantía de los derechos civiles.
 
EL DISCURSO
“Hace un siglo, un gran estadounidense, cuya sombra simbólica nos cobija hoy, firmó la Proclamación de Emancipación. Este decreto de capital importancia representó un enorme y luminoso faro de esperanza para millones de esclavos negros que se consumían en las llamas de una injusticia abrasadora. Representó un alba jubilosa que puso fin a la larga noche del cautiverio.
 
”No obstante, cien años después, debemos enfrentarnos al trágico hecho de que los negros siguen sin ser libres. Cien años después, la vida de los negros sigue estando tristemente apresada por los grilletes de la segregación y las cadenas de la discriminación. Cien años después, los negros viven en una solitaria isla de pobreza en mitad de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después, los negros siguen languideciendo en los rincones de la sociedad estadounidense y son exiliados en su propia tierra. De modo que hoy hemos venido aquí para poner de manifiesto una situación atroz.
 
En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de la república redactaron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo estadounidense iba a ser heredero. Ese pagaré era una promesa de que todos los hombres verían garantizados sus derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
 
En la actualidad, es evidente que Estados Unidos, por lo que respecta a sus ciudadanos negros, hasta la fecha no ha hecho efectivo ese pagaré. En lugar de cumplir con ese sagrado compromiso, Estados Unidos ha tendido al pueblo negro un cheque inválido, un cheque que ha sido devuelto con un sello que dice “sin fondos”. Sin embargo, nos negamos a creer que el banco de la justicia esté en quiebra. Por eso hemos venido a cobrar ese cheque, un cheque que nos otorgará a voluntad las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.También hemos venido a este lugar consagrado para recordarle a Estados Unidos el intenso apremio del ahora. No es momento de darse el lujo de entibiarse ni de tomar el fármaco tranquilizante de la gradualidad.
 
Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de la democracia. Ahora es el momento de dejar atrás el valle oscuro y desolado de la segregación y echar a andar por la senda iluminada de la justicia racial.
 
”Sería nefasto para la nación desoír el apremio del momento y subestimar la determinación de los negros. Este sofocante verano del descontento legítimo de la ciudadanía negra no tocará a su fin hasta que llegue un tonificante otoño de libertad e igualdad. El año 1963 no es un final, sino un principio. Todos esos que esperan que los negros sólo necesiten desfogarse y se queden entonces tranquilos tendrán un crudo despertar si la nación retoma su actividad como de costumbre. No habrá descanso ni calma en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos civiles. Los torbellinos de la rebeldía continuarán zarandeando los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el resplandeciente día de la justicia.
 
No obstante, hay algo que debo decir a este pueblo mío que se encuentra en el cálido umbral del palacio de la justicia. En el proceso de alcanzar el lugar que nos corresponde, no debemos incurrir en actos ilícitos. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos desarrollar siempre nuestra lucha en el plano elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en una violencia física. Esta nueva militancia maravillosa en que se ha sumido la comunidad negra no debe llevarnos a desconfiar de los blancos, puesto que muchos de nuestros hermanos blancos, tal como queda hoy demostrado con su presencia aquí, han llegado a comprender que su destino está ligado a nuestro destino, y que su libertad está inextricablemente unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos.
 
Al caminar, debemos hacer la promesa de marchar hacia delante. No podemos volver atrás. Hay quien pregunta a los partidarios de los derechos civiles: “¿Cuándo os daréis por satisfechos?”. Jamás podremos darnos por satisfechos mientras los negros sean las víctimas de los horrores inefables de la brutalidad policial. Jamás podremos darnos por satisfechos mientras nuestros cuerpos, exhaustos por el cansancio del viaje, no encuentren alojamiento en los moteles de las autopistas ni en los hoteles de las ciudades. Jamás podremos darnos por satisfechos mientras la movilidad básica de los negros sea de un gueto pequeño a otro un poco mayor. Jamás podremos darnos por satisfechos mientras los negros de Misisipi no puedan votar y los negros de Nueva York crean que no tienen motivo para hacerlo. No nos daremos por satisfechos hasta que la justicia fluya como las aguas de un caudaloso río.
 
No creáis que no sé que algunos de vosotros habéis llegado hasta aquí pasando por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos acabáis de salir de reducidas celdas de una cárcel. Otros habéis venido de lugares en los que las tempestades de la persecución os han dejado maltrechos y el vendaval de la brutalidad policial ha hecho que os tambaleéis en vuestra búsqueda de libertad. Habéis sido los veteranos del padecimiento creativo. Continuad trabajando con fe en que el padecimiento inmerecido redime.
 
”Regresad a Misisipi, regresad a Alabama, regresad a Carolina del Sur, regresad a Georgia, regresad a Luisiana, regresad a las barriadas y los guetos de nuestras ciudades septentrionales sabedores de que esta situación de algún modo puede cambiar y cambiará.
 
”Hoy os digo, amigos, que a pesar de las dificultades y las frustraciones del momento sigo teniendo un sueño. Es un sueño cuyas raíces se anclan en las profundidades del sueño americano.
 
”Tengo un sueño, el de que algún día esta nación se alce y dé vida al auténtico significado de su credo: ‘Sostenemos que estas verdades son manifiestas; que todos los hombres son creados iguales’.
 
Tengo un sueño, el de que algún día, sobre las rojizas colinas de Georgia, los hijos de antiguos esclavos y los hijos de antiguos amos sean capaces de sentarse juntos a la mesa de la fraternidad.
 
”Tengo un sueño, el de que un día, incluso el estado de Misisipi, un Estado desértico que se abrasa con el calor de la injusticia y la opresión, se vea transformado en un oasis de libertad y justicia.
 
”Tengo un sueño, el de que mis cuatro hijos vivan un día en una nación en la que no sean juzgados por el color de su piel, sino por la esencia de su carácter.
 
”Hoy tengo un sueño. Tengo un sueño, el de que un día el estado de Alabama, los labios de cuyo gobernador rezuman en la actualidad palabras que no hacen sino obstaculizar y anular, cambie y disfrute de una situación en la que las niñas y los niños negros puedan dar la mano a las niñas y los niños blancos, y caminen juntos como hermanos.
 
Hoy tengo un sueño. Tengo un sueño, el de que un día todos los valles se hayan levantado, todas las colinas y todas las montañas se hayan allanado, los lugares áridos se hayan convertido en praderas y los rincones sinuosos se hayan enderezado, y de que la gloria del Señor se revele y todos los mortales sean testigo de ello en comunión.
 
”Ésta es la fe con la que regreso al sur. Con esta fe seremos capaces de transformar las estruendosas discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, hacer valer juntos nuestra libertad, sabedores de que un día seremos libres.
 
”Cuando dejemos que la libertad resuene, cuando permitamos que resuene desde todos los pueblos y aldeas, desde todos los estados y todas las ciudades, seremos capaces de adelantar la llegada de ese día en que todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, sean capaces de unir sus manos y entonar las palabras de ese viejo espiritual negro: ‘¡Libres al fin!¡Libres al fin! ¡Gracias, Dios todopoderoso, somos libres al fin!’”.
 


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