En una medida que ciertamente apaciguará a su base de votantes a medida que termine la temporada electoral, la administración de Donald Trump ha lanzado un esfuerzo de prensa en toda la corte para recompensar a las organizaciones discriminatorias , "incluso si la organización es anti-LGBTQ o tiene un historial anti-LGBTQ". "
La Casa Blanca ha proclamado que al menos 9 agencias federales, "incluyendo el Departamento de Educación, el Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Departamento de Justicia", están reduciendo los requisitos que determinan qué servicios sociales , incluidas las organizaciones religiosas, pueden recibir fondos federales. Los estrictos requisitos fueron establecidos por una orden ejecutiva emitida por la administración Obama.
Con la secretaria de Educación, Betsy DeVos, y la televangelista Paula White a su lado en la Oficina Oval (entre otras), Trump dijo a los periodistas que "su administración estaba involucrada en una 'guerra cultural' para defender la oración escolar", y lamentó que "haya un creciente impulso totalitario ”por la 'extrema izquierda' en los Estados Unidos. Estos retrocesos son los esfuerzos aparentes de Trump para combatir eso.
Trump y DeVos buscan específicamente proteger los derechos de las escuelas públicas y su personal para permitir la oración abierta durante el día de instrucción. DeVos se jacta de que "los esfuerzos del departamento [de Educación] nivelarán el campo de juego entre las organizaciones religiosas y no religiosas que compiten por subvenciones federales, así como protegerán las libertades de la Primera Enmienda en el campus y la libertad religiosa de las instituciones religiosas".
La orden ejecutiva de Obama fue una estricta actualización de las políticas de la administración de George W. Bush, instalada en 2003. Hasta ahora, los proveedores basados en la fe financiados por los Estados Unidos tenían que informar el "carácter religioso" de su organización o entidad a cualquiera que reciba su servicios: las nuevas regulaciones ya no requerirán que notifiquen. También se les pidió que proporcionaran proveedores alternativos para los destinatarios que pueden optar por no aceptar los servicios de esa organización, o aquellos que se sienten "incómodos", pero eso ya no es necesario.
Esto allana el camino para que más organizaciones religiosas, incluidas aquellas que se niegan a servir a las personas LGBTQ, cumplan con las regulaciones federales y les den la oportunidad de recibir fondos del gobierno federal de Trump. Según la abogada legal de Lambda, Camilla B. Taylor, "estamos hablando de subvenciones del gobierno por una suma de millones y millones de dólares".
"... Cada vez más, están excluyendo a los miembros del público de recibir servicios basados en quiénes son", dijo Taylor al Washington Post .
El Departamento de Educación de DeVos ya ha publicado una "Orientación sobre la oración protegida constitucionalmente" que establece todas las formas legales para que las escuelas, los maestros y los estudiantes muestren públicamente actos o materiales religiosos. También incluyeron persuasiones legales y legales para que las personas o entidades religiosas las usen cuando se las desafía. En un total de 180, las organizaciones que evitan la expresión religiosa pública en el Departamento de Educación ahora corren el riesgo de perder fondos.
"Las nuevas regulaciones de hoy propuestas por la Casa Blanca Trump-Pence anulan las protecciones existentes para LGBTQ y otras personas que buscan servicios y beneficios del gobierno", dijo Alphonso David, presidente de la Campaña de Derechos Humanos .
Los informes citan a muchos que creen que este es el esfuerzo velado de Trump para apelar a su base evangélica, que se ha debilitado a raíz de las críticas de Christianity Today al presidente, entre otros medios conservadores en los últimos tiempos. Trump también ha estado expandiendo su alcance más allá de su base, algo que no hizo anteriormente en la campaña electoral, con manifestaciones centradas en la identidad, como una manifestación de “Latinos por Trump” a la que asistió el vicepresidente Mike Pence en Miami esta semana.
Con las primarias presidenciales demócratas a unos 6 meses de distancia, el tiempo se está reduciendo para que Trump recupere a algunos de sus seguidores perdidos, o nuevos, antes de las elecciones generales.
El Comité Nacional Demócrata emitió una declaración, escrita por el presidente de DNC, Tom Pérez, el presidente del comité de DNC LGBTQ, Earl Fowlkes, y la copresidenta del Consejo Interreligioso de DNC, Sarah Levin, que criticaron a Trump por su "insultante y peligrosa" relación de "libertad religiosa con el gobierno federal". discriminación financiada contra personas LGBTQ ".
Los demócratas también dijeron que, en contraste con la administración de Barack Obama, "la administración Trump ... [está] respaldando la discriminación contra las personas LGBTQ, madres solteras y minorías religiosas, y poniendo en riesgo su seguridad. Ya es hora de que Trump y los republicanos dejen de usar la 'libertad religiosa' como una licencia para discriminar ”.
Esto continúa una serie de coqueteo de Trump con líderes y grupos religiosos que se ha incrementado últimamente. Algunos de los movimientos religiosos de la administración ya están en los tribunales: la Corte Suprema de los Estados Unidos, controlada por los conservadores, escuchará un caso la próxima semana que podría ampliar la forma en que las escuelas religiosas acceden a los fondos de los contribuyentes.
Mike Pence está utilizando amenazas y compinches para otorgar millones en ayuda a grupos cristianos
El organismo de control gubernamental Pro Publica ha revelado que el vicepresidente Mike Pence está redirigiendo los fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a grupos cristianos en el Medio Oriente, lo que podría encender las tensiones religiosas en la región y violar la garantía constitucional del gobierno de los Estados Unidos. no favoreciendo una religión sobre otra. También instaló representantes políticos dentro de USAID que no saben nada sobre la concesión de subvenciones o la política exterior y organizó el despido de un empleado de USAID que supuestamente se opuso a su agenda.
Por lo general, las solicitudes extranjeras de ayuda financiera de los Estados Unidos son supervisadas por "profesionales de carrera [que solicitan] una revisión rigurosa de los solicitantes y sus capacidades", escribe Pro Publica . Pero después de entrevistar a 40 funcionarios y profesionales de ayuda actuales y anteriores de EE. UU., La publicación descubrió que los nombrados por Trump habían rechazado las reglas internas que prohibían la financiación de cualquier grupo que buscara fondos para difundir su religión. Los nombramientos de Pence ayudaron a aprobar casi $ 373 millones en fondos para grupos cristianos iraquíes que USAID había rechazado anteriormente por carecer de mérito.
Uno de estos grupos "no tenía personal remunerado a tiempo completo, no tenía experiencia con subvenciones del gobierno y un vínculo financiero que normalmente planteaba preguntas en una intensa competencia por fondos limitados", escribe la publicación. El segundo grupo solo recibió fondos después de que su líder y sus aliados se quejaron de haber sido rechazados en el pasado.
La portavoz de USAID, Pooja Jhunjhunwala, dijo que la financiación de estos grupos buscaba evitar el genocidio de ISIS contra las minorías religiosas, ya que los cristianos representan apenas el 2% de la población predominantemente musulmana de Iraq. Pero los musulmanes también son víctimas en gran medida del ISIS, lo que hace cuestionable si los cristianos son más merecedores de los fondos de USAID.
Un ex funcionario del servicio exterior de EE. UU. No identificado dijo que los fondos se dirigían a una pequeña población cristiana en la provincia de Nínive, en gran parte deshabitada y rural, en lugar de crear estabilidad en ciudades más densamente pobladas como Mosul. La estabilidad en los centros urbanos evita que hombres jóvenes insatisfechos intenten mejorar sus situaciones de vida uniéndose a las filas de ISIS, dijo el oficial.
Un funcionario actual dijo que los nombrados por Trump tenían un "enfoque muy ideológico en los cristianos a pesar de] otros en las comunidades minoritarias que podrían necesitar ayuda". En octubre de 2017, Pence prometió a un grupo cristiano influyente en Washington que USAID ayudaría a los cristianos perseguidos, a pesar de hecho de que USAID aún no había aprobado dicho financiamiento.
Luego, en diciembre de 2017, Pence se reunió con Bashar Warda, un arzobispo cristiano con sede en Erbil, Iraq, que influyó en Trump y en el Congreso liderado por los republicanos para aprobar un proyecto de ley "que autoriza al Departamento de Estado y a USAID a proporcionar ayuda a las víctimas del Estado Islámico , especialmente las minorías religiosas.
Pence también envió personas designadas a las reuniones de USAID de marzo de 2018 en Bagdad para influir en las donaciones financieras del grupo. El 8 de junio de 2018, la portavoz de Pence dijo que "no tolerará demoras burocráticas en la implementación de la visión de la Administración".
"Ese mismo día, el entonces jefe de gabinete de Pence, Nick Ayers, llamó al [funcionario de la oficina de Medio Oriente Bill] Steiger para exigir que alguien en la agencia fuera castigado por no brindar ayuda a los grupos cristianos lo suficientemente rápido".
Poco después, Mark Green, el jefe de USAID, despidió a Maria Longi, un alto funcionario de la oficina de Medio Oriente de USAID. Hablando de su despido, sus compañeros de trabajo dijeron que había sido "encerrado".
Esta noticia no es tan sorprendente teniendo en cuenta que el Departamento de Educación de Trump amenazó con retirar cientos de miles de fondos federales del Consorcio Duke-University of North Carolina para Estudios del Medio Oriente porque el consorcio no enfatiza los "aspectos positivos" del judaísmo y el cristianismo. en la región lo suficiente para el gusto de Trump.
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