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General: Emigrar de Cuba para poder casarse siendo gay
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De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 22/02/2020 17:44
LGTB CUBA
En la Isla el matrimonio igualitario sigue sin ser reconocido por el Estado tras la fallida reforma de 2019. La homofobia en Cuba está muy metida en la cultura nacional, como el machismo. Tengo amigos a los que sus propios padres los expulsaron de sus casas.

Emigrar de Cuba para poder casarse siendo gay
AMANDA HERRERA Y VYANKA SOTELO
Michel González llegó a Miami en 2015 con una maleta casi vacía y la cabeza llena de sueños. Nacido en Pinar del Río, un pequeño pueblo en el occidente cubano, para él ser gay era un estigma con el que tuvo que lidiar. En pleno campo, solo el apoyo de su familia y unos pocos amigos permitieron que asumiera su sexualidad "desde la libertad" y para buscar ser "una mejor persona".
 
"Vine a Estados Unidos buscando una nueva vida", dijo González a 14ymedio. "Tenía claras mis metas, una de ellas era tener una familia y obviamente para un hombre gay esa no es una opción posible en Cuba. Así que vine aquí", añadió.
 
En Cuba el matrimonio igualitario todavía no está reconocido por el Estado. La comunidad LGBTI ha tenido que enfrentar décadas de rechazo, incomprensiones y hasta persecución por parte de las autoridades que establecieron campos de trabajo forzado en los años 60 para este tipo de personas, a través de la Unidades Militares de Apoyo a la Producción.
 
Tras la apertura al turismo y mediante el trabajo del Centro Nacional de Educación Sexual para lavar la imagen del Estado cubano como perpetuador de la homofobia, se atisbó en la Isla un interés de las autoridades por mejorar sus relaciones con la comunidad LGBTI y se llegó a abordar la inclusión de un artículo en la nueva Constitución que permitiese el matrimonio igualitario. Pero las esperanzas de tantos quedaron frustradas el pasado año. Tras una ardua polémica entre los evangélicos y otros grupos religiosos contra los activistas LGBTI, el Gobierno optó por suprimir el polémico cambio y aparcar la espinosa cuestión.
 
No solo eso, sino que en mayo, la policía reprimó con dureza una manifestación de los miembros independientes del colectivo que llegó a la prensa internacional despertando el recuerdo, que parecía haber quedado atrás, de la intolerancia en la Isla. "La homofobia en Cuba está muy metida en la cultura nacional, como el machismo. Tengo amigos a los que sus propios padres los expulsaron de sus casas. Hay uno que cada vez que tomaba un baño la familia limpiaba toda la habitación porque su hermanita podría contaminarse", relata González.
 
Tras una serie de encontronazos con la policía, que no toleraba que saliera con un joven extranjero, González abandonó Cuba y se estableció en Miami con la ayuda de su mejor amigo. Para él, que trabajaba de periodista en la Isla, el primer impacto tras su llegada al sur de Florida fue encontrar trabajo. A esta ciudad en la que habitan más de un millón de cubanos se la conoce como la segunda Habana o la Cuba sin Período Especial, pero como ocurre con todo emigrante, en su caso comenzar de cero también fue muy difícil.
 
"Al principio fue muy duro, por el impacto del cambio. Miami es una ciudad cosmopolita. Uno se pierde entre tanta diversidad", dice González. En las clases de inglés que comenzó a recibir recién llegado conoció a un muchacho con quien tiene planes de casarse. Ya han adoptado una mascota y ahora pretenden hacer una maestría.
 
"Siento que ahora estoy en el punto donde realmente puedo crear algo. Si pudiera retroceder en el tiempo me diría a mí mismo con 17 años: vete cuanto antes. Vete de Cuba ahora", asegura el pinareño.
 
Eduardo Herrera es otro cubano gay que reside en el sur de Florida. Llegó a Estados Unidos gracias a la Lotería de Visas, un programa que permite que unas 50.000 personas elegidas al azar puedan obtener residencia permanente en Estados Unidos. El Gobierno busca con esto brindar las mismas oportunidades a migrantes de distinta procedencia.
 
"Para viajar a Estados Unidos tuve que esperar 10 años en Cuba. El Ministerio de Salud Pública me prohibió salir del país porque era médico y mi pareja, que era de Brasil, se tuvo que quedar a vivir conmigo en la Isla durante ocho años", relata Herrera.
 
En 2013 entró en vigor una nueva ley migratoria que eliminó el permiso de salida del país conocido como "carta blanca" y permitió que cientos de miles de cubanos emigraran legalmente a otros países. Para entonces Herrera ya había perdido varios visados para estudiar y trabajar en Europa.
 
"En verdad he sido un gay feliz. Nunca me ha pasado nada grave, ni en Cuba sentí discriminación. Si hablaron de mí o me discriminaron nunca me lo dijeron directamente. No fui víctima de bullying, ni en la escuela", añadió.
 
Después de una década sin vínculo con la medicina, Herrera se ha convertido en un literato. Escribe poemas en español. Bromea al decir que le ha sido más fácil ser gay que convertise en escritor en Estados Unidos.
 
"Nunca hice una proclamación formal o me reuní con mis familiares para decirles que era gay. En Cuba tuve tres matrimonios heterosexuales hasta que descubrí que eso no era lo que quería", cuenta. En Estados Unidos denuncia que se ha sentido discriminado por ser latino, aunque en Miami el problema "no es tan grave" por la diversidad cultural de esta ciudad.
 
Herrera y su pareja, Renato, un brasileño que habla cinco idiomas y trabaja como actor y bailarín, han encontrado su hogar en Estados Unidos.
 
"Este país nos dio la oportunidad de casarnos, formalizar nuestra relación y construir una familia. Nada de eso hubiese sido posible en Cuba", dice.
 


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