Mary L. Trump, la sobrina del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea publicar la próxima semana una reveladora memoria familiar, en la que describe cómo una larga historia de décadas de oscuridad, disfunción y brutalidad convirtió a su tío en el peligroso líder que, según su editorial, Simon & Schuster, “ahora amenaza la salud, la seguridad económica y el tejido social del mundo”.
El libro, Too Much and Never Enough: How My Family Created the World’s Most Dangerous Man (Demasiado y nunca suficiente: Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo), retrata una saga multigeneracional de codicia, traición y tensión interna y busca explicar la manera en la que la posición de Trump en uno de los imperios de bienes raíces más ricos e infames de Nueva York lo ayudó a adquirir lo que ella ha denominado “comportamientos retorcidos”, atributos como ver a las otras personas en “términos monetarios” y practicar “el engaño como una forma de vida”.
Mary Trump, quien a los 55 años ha estado alejada del presidente por mucho tiempo, es la primera integrante del clan en romper filas con sus familiares al escribir un libro sobre sus secretos. Desde finales de junio, su familia —dirigida por el hermano menor del presidente, Robert S. Trump— ha tratado de detener la publicación del libro, al citar un acuerdo de confidencialidad que ella firmó hace 20 años durante una disputa sobre el testamento del patriarca de la familia, Fred Trump Sr., padre del presidente. Pero un juez de Nueva York se ha negado a prohibirle a Simon & Schuster que publique las memorias y se espera que pronto se pronuncie sobre si Mary Trump violó el acuerdo de confidencialidad.
Estos son algunos de los aspectos más destacados de su manuscrito:
Hacer trampa en un examen de ingreso a la universidad
Como estudiante de secundaria en Queens, escribe, Donald Trump le pagó a alguien para que hiciera en su nombre el examen de admisión preuniversitario, el SAT. El alto puntaje que el sustituto obtuvo para él, ayudó al joven Trump a obtener más tarde la admisión cuando se trasladó como estudiante a la prestigiosa escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania.
Trump ha menudo se ha jactado de haber estudiado en Wharton, a la que se ha referido como “la mejor escuela del mundo” y “una cosa para súper genios”.
Enviar a un hermano solo al hospital
Durante mucho tiempo ha sido parte de la leyenda de la familia Trump que el hijo mayor de Fred Trump Sr., Fred Trump Jr., mejor conocido como Freddy, era la oveja negra de la dinastía. Freddy Trump era un hombre apuesto, arrogante y un gran bebedor quien, después de una muy desagradable experiencia al trabajar para su padre, dejó su empleo en bienes raíces para seguir su pasión por volar y convertirse en piloto de Trans World Airlines.
Donald Trump ha subrayado a menudo que la salida de su hermano del negocio le abrió espacio para entrar y triunfar. “Para mí, funcionó muy bien”, Trump le dijo a The New York Times durante su campaña presidencial acerca de trabajar para su padre. “Para Fred, no era algo que iba a funcionar”.
Freddy Trump murió en 1981, cuando tenía 42 años, de un ataque cardíaco inducido por el alcohol y Mary Trump cuenta en su libro la historia de cómo su familia lo envió solo al hospital la noche de su muerte. Nadie fue con él, escribe.
Donald Trump, agregó, fue a ver una película.
“No tiene principios”, dijo una hermana
Incluso al comienzo de la campaña de Trump, su hermana, Maryanne Trump Barry, una jueza jubilada de la corte federal de apelaciones, tenía profundas reservas sobre su aptitud para el cargo, escribe Mary Trump.
“Es un payaso, nunca sucederá”, dice Trump al citar a su tía durante uno de sus almuerzos habituales en 2015, justo después de que Trump anunciara que se postulaba para presidente.
Maryanne Trump estaba particularmente desconcertada por el apoyo a su hermano entre los cristianos evangélicos, según el libro.
“La única vez que Donald fue a la iglesia fue cuando las cámaras estaban allí”, dice Trump citando a su tía. “Es alucinante. Pero eso tiene todo que ver con su base. No tiene principios. ¡Ninguno!”.
Mary Trump, psicóloga clínica, afirma que su tío cumple con los nueve criterios clínicos para ser narcisista. Y, sin embargo, incluso esa etiqueta no captura la gama completa de problemas psicológicos del presidente, señala.
“El hecho es que”, escribe, “las patologías de Donald son tan complejas y sus comportamientos son tan a menudo inexplicables que llegar a un diagnóstico preciso y completo requeriría una batería completa de pruebas psicológicas y neurofísicas a las que él nunca se someterá”.
En otro momento dice: “Donald se ha institucionalizado durante la mayor parte de su vida adulta, por lo que no hay forma de saber cómo saldría adelante, o incluso si sobreviviría por sí mismo, en el mundo real”.
Al igual que otros críticos del presidente, Mary Trump cuestiona en el libro la noción de que Trump es un pensador estratégico que opera de acuerdo con agendas específicas o principios de organización.
“No lo hace”, escribe. “El ego de Donald ha sido y es una barrera frágil e inadecuada entre él y el mundo real que, gracias al dinero y al poder de su padre, nunca tuvo que enfrentar por sí solo”.